La escena parte con el capitán César Rojas (Francisco Melo) revisando las fichas policiales de un grupo de adolescentes. Llegarán a ser 14, pero en las imágenes alcanzamos a ver apenas los primeros rostros de un grupo de niñas desaparecidas y a familiarizarnos con el nuevo caso que tiene el policía entre manos y que pareciera lo va a obsesionar más de la cuenta.
"La cacería: las niñas de Alto Hospicio" comenzó el domingo último en Mega delineando a su protagonista, el capitán Rojas, quien llega a Alto Hospicio para reunirse con quien se convertirá en su dupla policial, el subteniente Rodrigo Carrasco (Gastón Salgado), que además opera como el nexo entre el televidente y la realidad que se vive en el campamento nortino: entrega datos, va contándole al capitán cómo se ha ido dando la investigación e incluso distiende las escenas valiéndose del humor para relacionarse con su superior.
Las niñas no están y la tesis que predomina hasta la llegada del nuevo policía es que escaparon de sus casas. Pero ¿por qué un grupo de jóvenes querría huir y de qué? Esos argumentos la serie los va respondiendo a través de un relato paralelo que muestra la historia de Ayleen (Giannina Fruttero) y sus amigas, una adolescente que encarna el abandono que enfrentan las jóvenes en un mundo donde imperan las drogas y la prostitución.
El dolor y el desamparo de los padres también tienen nombre y rostro: Juan Ávila, un pescador interpretado por Jaime Omeñaca, quien pasa del desconsuelo a la ira cuando su hija desaparece. La escena que mejor retrata su impotencia es cuando se dirige al retén de Carabineros a interponer una denuncia por presunta desgracia. La respuesta que recibe lo inmoviliza: "Faltan 5 horas y 55 minutos para que recién podamos darla por perdida", le dice un funcionario.
Largas escenas, primeros planos, música ad hoc y una buena cuota de exteriores están bien logrados, pero avanzan de una manera lenta, quizás mucho más que en otras producciones del género. En eso pareciera que "La cacería" opta por profundizar su condición de thriller y deja su apellido de "policial" para más adelante. Otras producciones del género han optado por mostrar primero los hechos. Un ejemplo es "Bala loca" (CHV), por citar alguna reciente y nacional, que inicia con un asesinato con la idea de comprometer de inmediato al público a dar con los responsables.
"La cacería", en cambio, se toma su tiempo en ir mostrando a cada personaje y propone la acción para más adelante, marcando un tiempo distinto al que suele darse en la televisión. Eso podría representar un riesgo, pero el director Juan Ignacio Sabatini demuestra manejar bien los ritmos y ya hacia el final del episodio consigue uno de los puntos altos con una de las primeras escenas de esta persecución o 'cacería'. Buena ambientación, logradas actuaciones y toda una historia por descifrar es la invitación que queda abierta para los próximos capítulos.