Profesor: Don Carlos y don Carlos, muchas gracias por venir a la primera clase de ética empresarial.
Carlos I: De nada.
Carlos II: ¿Podemos responder los dos al mismo tiempo? Así terminamos antes.
Profesor: ¿Los puedo llevar a un supuesto imaginario? Si no tienen inconveniente.
Carlos I y II: Que sea rapidito, eso sí.
Profesor: ¿Ustedes saben identificar un caso ético de responsabilidad empresarial?
Carlos I y II: Por supuesto.
Profesor: Están en la fila de un supermercado y antes de cancelar, la cajera les pregunta si quieren boleta o factura.
Carlos I y II: ¿Es un supuesto imaginario?
Profesor: Efectivamente.
Carlos I y II: ¿Tenemos que responder?
Profesor: Antes de hacerlo hay que dilucidar algo previo: ¿cuál es el origen de la pregunta, de dónde viene, a quién se le ocurrió y por qué la formula? Entonces, en la base está lo siguiente: ¿fue inspiración de Jenny, la cajera, preguntarle al cliente si quiere boleta o factura, o más bien se trata de una política institucional?
Carlos I y II: No está nada de fácil la respuesta.
Profesor: La responsabilidad ético empresarial es compleja y es necesario identificarla con nitidez, aunque el proceso sea arduo y reiterativo, pero no hay alternativa.
Carlos I y Carlos II: No está fácil.
Profesor: El aprendizaje ético individual es lento, pero el ético empresarial es todavía más lento.
Carlos I y II: De Jenny, la cajera.
Profesor: Entonces debo avanzar con otra interrogante: ¿será solo de la cajera la responsabilidad o bien...?
Carlos I y II: Perdone la interrupción, ¿la cajera tiene nombre?
Profesor: Jenny.
Carlos I y II: Entonces, por favor, trátela por su nombre. Todos debemos respetarnos. Todos somos seres humanos.
Profesor: Yo también soy humano.
Carlos I y II: No extrememos la argumentación.
Profesor: Tengo nombre.
Carlos I y II: Pero así no terminamos nunca.
Profesor: Retomo la clase: ¿será Jenny, la cajera, la responsable única de esa pregunta, o también su jefe directo, don Mario?
Carlos I y II: Habrá que investigarlo.
Profesor: Pero don Mario, como jefe, responde a las directrices que da la empresa. ¿O no?
Carlos I y II: No necesariamente. Hay gente que se manda sola y se salta los protocolos. Son funcionarios que por hacerlo mejor, lo hacen peor.
Profesor: Eso implica que a don Mario se le ocurrió, y por eso Jenny, la cajera, formula la pregunta de boleta o factura.
Carlos I y II: Hasta usted lo descubrió.
Profesor: ¿No ven en este supuesto imaginario un caso de responsabilidad empresarial?
Carlos I y II: No, en absoluto, para nada. Además, puede haber otro responsable.
Profesor: ¿Quién?
Carlos I y II: El reponedor.
Profesor: ¿Aaaah?
Carlos I y II: Las cosas de repente son muy simples. Son responsabilidades individuales. Es una cajera que a la hora de almuerzo conversa con el jefe, pero se mete a opinar el reponedor que ve mucha tele o ha escuchado las noticias y nace la confusión, el enredo y alguien pregunta, con toda inocencia, porque tampoco saben, si boleta o factura.
Profesor: ¿Y ustedes qué dirían?
Carlos I y Carlos II: Boleta, pues, qué otra cosa vamos a decir.
Profesor: Que terminó la clase.