Parafraseando a Eliot, no sé si es el mes más cruel... Pero que pasan cosas, pasan. Desde luego el frío, que en la capital se siente tan áspero y agudo. También el esmog, que, aunque ha dejado de ser patrimonio exclusivo de Santiago, la cuenca del valle nos lo hace más pardo, marrón, grueso y denso. La ciudad queda literalmente enterrada bajo un manto umbroso, como si hubiese sido bombardeada. Por otro lado, en Chile muere más gente en julio que en otros meses; de ahí el dicho de "pasar agosto", tan en boca de ciertas vetusteces. En fin, habrá nacimientos y cumpleaños también, algunos para celebrar, otros no tanto.

Se dice que agosto tiene 31 días porque el emperador al que debe su nombre (Augusto) no quiso quedar en menos que su predecesor, Julio (César). El 14 recordaremos la toma de la Bastilla, que dio inicio a la Revolución Francesa, de la cual el próximo año se cumplirán 230. Otras cosas importantes sucederán este 14 de julio, en fin, pero tía Waverly me tiene prohibido hablar al respecto...

Julio es el séptimo mes del año, con todo lo que este número implica. Leo por ahí que en algunas culturas representa lo bueno, y el ocho lo malo (¿de ahí, también, "pasar agosto", el octavo mes?). Siete días tiene la semana (y siete son los pecados capitales, los colores del arcoíris y las notas musicales). Tía Waverly tiene siete vidas, qué duda cabe, más que un gato (¿o serán nueve?). Como sea, siete más siete suman catorce...