Con un juego de alto vuelo y solo 19 años, la alemana Steffi Graf ganó el título femenino de Wimbledon, el 2 de julio de 1988, superando a la experimentada checo-estadounidense Martina Navratilova (31) por 5-7, 6-2 y 6-1, en 1 hora 33 minutos.

Se convirtió así en la número uno del tenis mundial, precedida por los triunfos obtenidos en Roland Garros, dos veces, y en el Abierto de Australia. "El Mercurio" informaba que "además de ser esta la prueba decisiva de su hegemonía, se trata de su tercera conquista consecutiva en tres de los cuatro campeonatos que integran el circuito Grand Slam, que reúne a las mejores".

Desde la cancha londinense los despachos no escatimaban detalles: "Allí apareció la fibra especial de que está hecha la jovencita nacida en Brühl, que supo corregir pequeños desaciertos y remontar de manera categórica. Su receta, cruel pero de enorme eficacia, consistió en abandonar cierta placidez para volver a cubrir la cancha y hacer correr a su adversaria. Luego de los intentos desesperados de Navratilova -quien no había dejado de pelear- por revertir, apareció Steffi Graf con un caudal incontenible de energía para, sucesivamente, quebrarle los servicios y dejar las aspiraciones de su rival por el suelo". Lo que vino después fue una gran lista de éxitos. En septiembre de 1988, se adjudicó el Open de Estados Unidos, logrando su primer Grand Slam, récord que solo tenían la norteamericana Maureen Connolly (1953) y la australiana Margaret Court (1970). "Es sorprendente cómo las grandes tenistas contemporáneas, Navratilova, Seles, Novotna, Sánchez Vicario y Sabatini, entre otras, temen a la germana y sucumben ante su colosal destreza", se leía. Para coronar ese año, también conquistó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Seúl.

Imparable, a lo largo de su carrera, Stefanie Maria Graf -su verdadero nombre- acumuló 107 títulos individuales del circuito profesional, incluidos 22 Grand Slam: siete veces campeona en Wimbledon; seis, en Roland Garros; cinco, en el Abierto de Estados Unidos, y cuatro, en el Abierto de Australia, además de cinco Masters. Con todos esos trofeos, lideró la clasificación de la Asociación de Tenistas Profesionales durante 377 semanas (186 consecutivas) y, por sus extraordinarias condiciones, es considerada como una de las tenistas más sobresalientes de la historia.

Luego de su retiro en 1999, contrajo matrimonio en Las Vegas con el laureado tenista estadounidense André Agassi, en 2001, con quien tiene dos hijos y una vida de bajo perfil. En la actualidad, la alemana pone sus esfuerzos en la fundación "Children for Tomorrow", dedicada a asistir a los niños traumatizados por la violencia y los conflictos armados.