Nine Inch Nails - "Bad Witch"
"Me estoy convirtiendo en algo difícil de reconocer", canta Trent Reznor en "Shit mirror", y eso lo llena de vida. La apertura del último disco de Nine Inch Nails, llamado "Bad Witch", demuestra de inmediato la faceta frenética que ha recobrado el conjunto estadounidense durante las temporadas recientes, violenta desde el prólogo en el uso de las máquinas y construida desde el caos, un desorden creativo que propone sus momentos altos cuando menos se les espera y que pareciera que su desenlace transitó incluso antes que su desarrollo.
Guitarras ásperas, finales abruptos y voces que se aferran al ruido son la entrada hacia un primer acto que intensifica la hermandad entre la electrónica experimental y la vehemencia del rock industrial, para luego apaciguarse y encontrar en el sonido del saxofón un camino maniático hacia el encuentro con el free jazz y también con David Bowie en el uso de los vientos. Nihilismo musical, pero también personal al replantearse la existencia de Dios -"Ya no estoy tan seguro", dice el artista- y al empezar a visualizar un mundo nuevo que se siente mejor que nunca.
"Bad Witch" completa así una posible trilogía (ni su líder lo tuvo muy claro) que se inició con "Not the Actual Events" (2016) y que continuó con "Add Violence" (2017) -ambos tenían cinco canciones, mientras que el nuevo trabajo añade una más-; pero si hay algo en lo que este álbum marca una distancia con sus antecesores es en la lucidez de Trent Reznor para volver a trascender en una época en la que su sonido, las tendencias y hasta su edad le juegan en contra.
Elvis Presley - "Elvis Presley:
The Searcher (The Original Soundtrack)"
Al menos en el papel, la última reedición de la música de Elvis Presley no pretende ser una fórmula para hacer caja a discográficas y herederos. Primero, porque "Elvis Presley: The Searcher (The Original Soundtrack)" (2018) viene antecedida por un destacado documental del mismo nombre producido por HBO -con tres horas de duración divididas en dos partes- y, además, porque la curatoría se aleja de aquella triste senda en la que cayó la obra de Michael Jackson (¿tomar descartes y ponerles música que suene "actual"? No, por favor).
El álbum esencial se compone de buena parte de sus éxitos, tanto en estudio como en ese hábitat en el que reinaba de manera indiscutida: el vivo. Un repaso preciso de sus primeras incursiones en el blues, de sus raíces en el country y grabaciones realizadas en su Jungle Room de Graceland, piezas que con el tiempo se han convertido en el legado de cada uno de sus territorios musicales. Aunque, claro, el negocio es inherente a la figura del artista, por lo que se suman varias rarezas y versiones alternativas de sus clásicos.
Además, en su edición de lujo aparecen las partituras de Mike McCready, guitarrista de Pearl Jam, que compuso nuevos temas especialmente para el documental. Y en el desglose, de hecho, también destaca "Wooden Heart" en la música del fallecido Tom Petty y los Heartbreakers y "Home Sweet Home" en la voz de su madre, Gladys Presley, que se explica como una pincelada de la inspiración de su hijo. Eso sí, independiente de las intenciones, nos toca repasar una intimidad cada día más vacía y desvalorizada. Irremediablemente.