Digo lo siguiente: "El futuro de la mujer es algo que nos compete a todas".
No sé si los hombres, en este momento de la historia y lenguaje, se sienten incluidos en la anterior afirmación, pero mejor háganse el ánimo y la idea. Algo que tampoco es una triste tragedia troyana, porque el agua a la pescada le hace lo mismo que al pescado: nada.
Me pidieron que buscara las definiciones de "zorra" y después "zorro", pero me fui por la tangente, y llegué a "fulano" y "fulana", y mejor seguí por donde venía, para aterrizar en "hombre fácil" y "mujer fácil". Llegué a las definiciones de la academia y se me hizo vergüenza la boca.
Me hablan de los artículos y que con eso se solucionan ciertos géneros, así que no hay centinelo, que es lo que yo tanto quería, pero seguimos con la centinela y el centinela.
Si ven algo me avisan, por favor. Y siempre para callado.
Ejemplo de texto inclusivo:
"La edila de Ukunda, que era la médica bruja, firmó el papel, despidió a la cartera, vio volar a la buitra y en ese instante callaron los buitres, porque Tarzán con un alarido calmó a los gorilos y con un gruñido a las gorilas. Todas y todos se calmaron. También los gatos y gatas. La hipopótama y sus crías se revolcaron en un charco, el jirafo quedó con cuello y un grupo de tortugas rodeó a un tortugo porfiado. La selva volvía a ser un lugar de amigos y amigas, aunque no de ciudadanos y ciudadanas".
Les pido de rodillas lo siguiente: si ven a un periodisto en las cercanías, por piedad, no me avisen ni alerten. Prefiero que el novísimo personaje pase lejos y de largo, de seguro es una persona fijada, extravagante y decadente. Puede ser un prejuicio, lo reconozco, pero lo reitero: no me avisen.
Tengo un problema con la oca, porque no sé si existe oco, aunque no creo, pero tampoco quiero complicarme la vida más allá de lo necesario, porque balleno no existe, y sí ballena, y escorpiona tampoco, pero sí escorpión.
"Todes" incluye a todos y todas. Como "nosotres" o "elles". Así que ahora canta Coné: "Le mer estebe serene, serene estebe le mer, le mer estebe serene, serene estebe le mer".
Lo de compañeros, compañeras o compañeres me despreocupa, porque el término pasó de moda, quedó obsoleto y cada vez se emplea menos. Así que da lo mismo. Es una antigualla. Perdonen la franqueza, pero ya nadie quiere la compañía de nadie.
Me explican lo de epiceno, un sustantivo que designa por igual a individuos de ambos sexos. Hombres, mujeres, feministas o machistas. No hay nadie que no se sienta llamado, identificado y convocado. Voy a poner un ejemplo formidable: "rata". Están incluidos.
De repente ya no sé lo que digo, y eso corresponde a no sé quién soy y por eso no sé dónde estoy parado, pero no se trata de ningún drama, porque ese lugar lo conozco perfectamente.
Para terminar proclamo lo siguiente:
"En ausencia de la portavoza voy a leer la proyecta y cada una de sus estatutas, según lo que me ordenaron las miembras".
Yo sería el miembro, la persona que habla, y que hoy no está para responder preguntas.