Más que un regular amistoso, lo de ayer ante Rumania fue una buena práctica. Sacar conclusiones del nivel futbolístico de este "recambio generacional", a partir de una derrota, no tiene mucho sentido, porque lo más probable es que, de seguir este proceso con Reinaldo Rueda al frente, el partido apenas alcance a ser una anécdota menor, de ésas que tanto apetecen los estadísticos.
No pasará lo mismo con algunos puntos específicos que arroja el resultado. Lo primero es confirmar que, por potencial, Nicolás Castillo está un par de escalones por sobre sus competidores para transformarse en el referente de área de Chile. Pero por lo mismo, el delantero del Benfica no puede arriesgar con imbecilidades de amateur su ventaja relativa en el plantel de renovación. Un tipo como él, acostumbrado a la refriega en espacios reducidos y los continuos roces con los defensas, deja en evidencia que su mayor fragilidad, la falta de templanza, es una asignatura pendiente que le sigue costando caro.
En el arco, Gonzalo Collao es un proyecto interesante. Tiene estatura y personalidad para el puesto, asumiendo que en el ítem experiencia su hándicap es alto. Adjudicarle responsabilidad por la derrota puede sonar como exagerado, quizás injusto. Pero también hay que advertir que en dos de los tres goles su participación no fue la de un arquero seleccionado, por muy novato que sea. A Collao hay que verlo como un proyecto y no caer en la tentación de compararlo con sus dos colegas de viaje -Gabriel Arias y Cristopher Toselli-, quienes de repetir una actuación como la que tuvo ayer Collao no tendrán muchas excusas que argüir.
Rueda parece haber acertado con devolver a Gary Medel a su función original. Sabiendo que no le gustan los centrales bajos, aunque a ellos no se les arranque la pelota de los pies, lo prefiere en una zona donde "Pitbull" no ha perdido orientación y sigue con un timing de excelencia. Otrosí: también atinó con poner a su lado a Lorenzo Reyes, un volante que, si bien pierde varias veces el posicionamiento de quite por ir a presionar a campo contrario, debe ser actualmente el mejor en su puesto a nivel nacional.
Habrá que aguardar las claves que arrojen los próximos dos partidos ante Serbia y Polonia como para calificar el nivel de otros jugadores, el funcionamiento colectivo o "la identidad" primaria que quiera darle Rueda a la Roja. Sí, cabe esperar que por el hecho de no haber clasificado a Rusia y que además en esta gira no se encuentren las máximas estrellas, dé pie a que se relajen los estándares mínimos que debe exigir una selección de esta categoría, entiéndase recintos de preparación, logística de los traslados y escenarios de los partidos. Porque en ese sentido lo de Rumania ha sido una experiencia, a todas luces, oscura.