J Balvin - "Vibras"
Probablemente, en unos cuantos años más, J Balvin podría ser clasificado dentro de una corriente llamada "post-reggaetón". En la actualidad, la obra del artista colombiano se asemeja más a la de Calle 13 o a las influencias caribeñas de Major Lazer o a sus coterráneos Bomba Estéreo que a DaddyYankee, Nicki Jam u otros íconos de la etiqueta del ritmo urbano, porque en solitario corre por un carril exclusivo; experimental, en cierto sentido, para lo que acostumbra el género, donde los hits deben convivir con incontables réplicas de sí mismos.
Y ese es el principal valor de "Vibras", el tercer trabajo discográfico desde su explosión a nivel continental, que transforma constantemente el clásico del reggaetón haciéndolo lucir como una pieza mejor pulida, a ratos estilizada, que sintoniza con la música electrónica y los sonidos latinoamericanos al mismo nivel. De hecho, los 14 cortes que incluye el álbum -con una introducción ceremoniosa a cargo de Carla Morrison y un interludio- están perfectamente balanceados entre ambas tendencias.
De allí nacen hallazgos como la entrada de la española Rosalía en "Brillo", éxitos de interés planetario como "Mi gente" o "Machika", y otros guiños al mercado anglo de los que no se extrañaría que fuesen remixados por Drake o Justin Bieber como "Cuando tú quieras" y "Tu verdad"; pero entre más se aleja J Balvin de lo convencional, mejor parece manejar los términos de la vieja escuela, siendo "Ambiente", "No es justo" (con Zion&Lennox) y "Peligrosa" (con Wisin&Yandel), tres hits instantáneos. "Para romper la discoteca", como dijo Farruko y el Big Boss.
ANMLS - "ANMLS"
Más que un supergrupo, un sacudón hecho en equipo. Los chilenos Pato Cena (Los Fictions), Roberto "Gato" Canales (Ram y los Mixes), Pablo Rivera (Dead Christine) y Matías Peralta (We Are The Grand) lanzaron el álbum debut de ANMLS, proyecto frenético nacido en el año 2016 bajo la premisa de ser "la banda que siempre quisiste tener", tiempo antes incluso de la publicación de su primer single "Himno", donde el combo local demostraba impaciencia y crudeza al momento de ejecutar su música.
Porque el disco golpea incansable desde el primer momento con "Tapo el sol", canción que funciona como carta de presentación: sonido hardcore punk con cuerdas distorsionadas, espesas desde el garage punk, coros unidos en varias voces y letras que son simplemente una sumatoria de frases cortas como eslóganes callejeros que quedan dando vueltas en tu cabeza. "Canto en el infierno" o "No quiero estar contigo" son simplemente eso, repeticiones en tono decadente al que cada cual le da el significado correspondiente.
Y si el logro es la música del hastío, también hay algo de crítica social en la construcción del tema "Mierda", con seis minutos provechosos de rabia y desenfreno al realizar un breve análisis sobre la sociedad del consumo material desenfrenado; mismo tono que "Pacos", una sátira acerca del abuso policial que ocurre en las poblaciones de nuestro país con la deducción de que la separación entre un poblador y un policía está simplemente en un uniforme. Un trabajo que sirve para abstraerse antes de volver a la rutina.