El subtítulo del libro -"Biblioteca de autores regionales"- entrega una tenue pista sobre el contenido. Perfectamente puede ser vecino, en la clasificación temática de los libros, del
Diccionario de autores latinoamericanos de César Aira, el más completo recorrido (si se exceptúan los mamotretos firmados por Cedomil Goic, con un destino más académico) por la literatura del continente. Pero también podría ser parte de la sección de biografías inventadas que inauguró William Beckford con su
Memorias biográficas de pintores extraordinarios, camino por el que transitaron Schwob, Borges y Bolaño, entre otros. El poeta talquino Mario Verdugo logra una real hazaña, inventar vidas a partir de vidas.
¿Importa la exactitud? ¿Puede ser este libro una fuente fiable para la academia de la tesis, la cita y la bibliografía? Probablemente no, porque no hay notas ni bibliografía, pero lo más importante es otra cosa, y es que de entre sus páginas parece soplar un viento incontenible de locura que se aviene muy mal con el talante gris y marchito con que suele caracterizarse a este país, una nación seria y consciente de su destino y que sabe que su fomedad intrínseca es la garantía de la (no siempre bien custodiada, hay que decirlo) estabilidad política, económica y social. Ya muy pronto leemos que un escritor chileno-japonés escribió, entre otras cosas, sobre "la menstruación de un hada y la vejez de una mariposa", de otro que hablaba de "un gaucho que se extirpaba el apéndice con sus propias manos" y, más adelante, de un puntarenense que tenía el
hobby de "recoger desechos no orgánicos en los basurales".
Y así. En su mayor parte de trata de autores que han quedado recluidos en el sitio web "Memoria chilena" y, con suerte, con una entrada en Wikipedia. Con esa información, que Verdugo (probablemente) multiplica, el autor ha dado a luz un libro memorable que traza la cartografía inédita y desafiante de gentes que Pepita Turina habría incluido, sin dudarlo, en "el salón de los rechazados". Extraterrestres y catálogos de parafilias que dejarían mudo a Krafft-Ebbing, huasos y misóginos, el ninguneo chileno, el ninguneo a Chile ("una hemorroide del mapamundi", "un residuo de las letrinas españolas", "un país de enanos coronados"), la identidad agraria como tema y como burla, son algunos de los trazos de un mapa desconcertante y a contracorriente, despeinado y deschavetado, refrescante como pocos libros sobre la literatura chilena, que sí debería tener un espacio en la academia, pero no como una fuente de datos, sino como un dato fundamental sobre el viejo asunto de la identidad nacional.
Mario Verdugo.
Overol,
Santiago, 2018.
176 páginas.