Qué hacer cuando se termina siendo exactamente lo que tanto se evitó. Esa es la encrucijada por la que hoy atraviesa Yerko Puchento, el personaje creado por Jorge López e interpretado por Daniel Alcaíno para Canal 13, como segmento de humor del estelar "Vértigo".
Tras sus últimas actuaciones ha quedado claro que el personaje ha quedado atrapado en el mismo doble discurso que antes denunció, en la misma falsa moralina que vino a atacar con su ironía y su mordacidad.
Por años Yerko fue el encargado de encarnar lo que supuestamente era la opinión pública frente a las celebridades que llegaban a exponerse al show, y ese acto de superioridad le costó un período lejos de pantalla por el rechazo que generaron sus excesos casi matonescos a la hora de la revelación. Luego regresó convertido en la voz de los indignados frente al descrédito de la institucionalidad nacional, y se ganó un espacio hasta de reconocimiento bajo las nuevas administraciones del canal.
Hoy Yerko enfrenta la difícil encrucijada de quedar atrapado justo en medio de esos dos discursos, porque hoy el descrédito social es hacia una institución que favorece las relaciones jerárquicas y el abuso desde ese lugar: la llamada sociedad patriarcal, que él representa incluso desde la elección de su caracterización.
No es extraño que en tiempos en que la lucha por las identidades sexuales y sus derechos, Yerko comience a zozobrar. Él, desde la elección de ser una caricatura de un personaje homosexual conflictivo y lenguaraz, resulta un personaje incómodo de defender y observar.
"Vértigo" en sí mismo, un programa que ha hecho del doble discurso un exitoso formato televisivo, enfrenta una necesidad de reinvención.
No deja de ser significativo que haya sido justo Daniella Chávez, una mujer que ha ganado fama como conejita Playboy, quien pone al descubierto toda esta crisis de identidad. Bastó que llegara una invitada que meses antes había pasado por el espacio "Diana" a este set de los dobles discursos -donde te tratan con cariño para, a veces, luego agredirte-, para que el constante cuestionamiento hacia ella detonara como una bomba que condena los prejuicios de género y la heteronormatividad.
Más insólita aún la arenga final del personaje en el capítulo pasado, donde tras haber festinado con la supuesta cercanía de la invitada con la prostitución, lanza un discurso en contra de quienes abusan de la mujer.
La plana ejecutiva de Canal 13, la misma red que albergó por años a un director de teleseries ahora investigado por abusos sexuales, que ha echado a andar un protocolo para recibir denuncias de este tipo y que ya ha despedido a dos personas por esta razón, dejó pasar una rutina incoherente no solo en sí misma, sino también poco sintonizada con el momento social y con lo que el propio canal ha cuestionado.
Tal parece ser que el derecho a ser quien se quiere ser es una demanda social que tanto Yerko como todo "Vértigo" -animadores incluidos- deben atender. De ser así, para asegurar su continuidad habrá que dejar de perseguir los dobles discursos y buscar una nueva forma de valorar la verdad.