Se inicia el horario de invierno y a la medianoche se retrasa el reloj a las 23:00 horas.Amanece antes y se oscurece antes, y lo que se gana por un lado se pierde por el otro, y aquí no ha pasado nada.
Es un asunto tan ínfimo como dormir o trasnochar una hora más, cuyo correlato en unos meses será el opuesto y qué lata, porque será una hora menos.
Un hecho que debería ser insignificante se convierte en crucial, porque no falta el especialista que prefiere el horario de invierno, y tampoco el colega ocioso, también especialista, que opina lo contrario.
¿Cálculos de ahorro de energía? Todos los que quieran, y para eso claro que hay iluminados y apagados, donde está el que apoya y el que no.
¿Rendimiento laboral? Por supuesto, cómo no, pasen de a uno los psicólogos laborales y los gerentes de recursos humanos.
¡Hasta cuándo!
Hasta cuándo preocupaciones vanas,angustias ficticias y enfermos de palabrerías.No nos conviertan en un país mamón, de carácter arremangado y ánimo enclenque, dominado por los laboratorios y farmacias.
Ya me siento raro, me duele la cabeza y no me concentro (debe ser por el cambio de hora).Sigo desganado, poca energía, se me cierran los ojos y no me puedo las patas (debe ser por el horario de invierno).
¿Así se escribe nuestro destino?
¿Ese es nuestro temple?
¿Así que los soberbios, gallardos y belicosos se van al catre, a la cama o a la depresión, por una hora más de luz o una más de oscuridad?
¡Hasta cuándo la caverna del tercer mundo!
Basta un simple cambio de hora anunciado, para que aparezca la tropa de conocedores que explican cómo nos afectará y la manera de superarlo y afrontarlo, em que uno es doctoradoen no sé dónde y el otro es doctorado de no sé qué, y después de escucharlos, una cosa no más les digo: ignorantes y lateros.
Son las 24 horas de la naturaleza y por más que se parcelen y ajusten, las cosas seguirán el curso natural de la vida y su tic tac.
El reloj da la hora y el reloj biológico también: de lunes a viernes y con horario, la mayoría. Se descansa sábado y domingo, la mayoría. Y durante las cuatro estaciones.
Así que nada que decir ni reportear, a menos que la misión tipo Pulitzer consista en entrevistar a la señora que llega al colegio con el cabro medio dormido, y viene feliz porque está de día; y lo contrastan con otra apoderada y su cabro, igual de somnoliento, pero disgustada porque el retoño volverá a la casa casi de noche.
No se les vaya a desordenar el sueño y afecte su desempeño laboral y capacidades emotivas.¿Qué quieren? ¿Qué les recetemos otorrino, neurólogo, maxilofacial y psicólogo clínico?Seguro que les vamos a asignar, hasta por el Auge, un grupo multidisciplinario para prevenir y controlar los daños que provoca el gigantesco cambio horario.No se vayan a desajustar nomás.
Chilenos y chilenas: ¿de qué estamos hablando
en esta hora señalada?
Del cambio cultural y de la modificación del paradigma.
Estamos hablando de salir del subdesarrollo.