Las letras que titulan esta columna es la clasificación de las distintas familias chilenas por grupos socioeconómicos al cual se identifican por más de una decena de variables donde se destaca, por razones obvias, el ingreso familiar. Esta clasificación no se hace desde la política ni desde los ministerios ni desde los medios en sus páginas de políticas públicas, sino por la empresa privada y particularmente por la asociación de empresas investigadoras de mercado que realizan esta encuesta frecuentemente. El objetivo es, por lo tanto, la segmentación de la sociedad chilena por el nivel de ingresos para desarrollar por parte de las empresas sus políticas de márketing. Dicho de otra manera, los resultados de estas encuestas no pueden ser apreciados como "manipulación" política.
En este mismo periódico hace algunas semanas, en páginas del Cuerpo B de Economía y Negocios, se mostraron los resultados de la última encuesta hecha por esta asociación, y sus resultados fueron los siguientes: el grupo socioeconómico AB corresponde al 1% de los hogares en Chile y tiene un ingreso promedio de $6.452.000; el grupo socioeconómico C1a, que corresponde al 6% de los hogares en Chile, posee un ingreso promedio de $2.739.000; el grupo socioeconómico C1b, que corresponde al 6%, tiene un ingreso promedio por hogar de $1.986.000; el grupo socioeconómico C2, que corresponde al 12% de los hogares, tiene un ingreso promedio de $1.360.000; el grupo socioeconómico C3, tiene un ingreso promedio de $899.000 y corresponde al 25% de los hogares; el grupo socioeconómico D, con un ingreso promedio de $562.000, corresponde al 37% de los hogares, y el grupo socioeconómico D, con un ingreso promedio de $324.000, corresponde al 13% de los hogares.
De estas cifras se pueden concluir algunas cosas y preguntarse otras. Los números anteriores nos permiten sostener que en el Chile de hoy el 50% de los hogares vive con $562.000 o menos al mes, y si le agregamos el grupo C3, pasamos al 75% de los hogares que viviría con menos de $899.000 al mes. Reflexione estimado lector sobre estas cifras y evalúe su situación familiar. Seguramente lo van a sorprender estas cifras porque denotan la precariedad y vulnerabilidad en la cual viven estas familias con dichos ingresos.
Una segunda conclusión es la enorme disparidad de ingresos entre los grupos D y AB, donde la diferencia es de 20 veces entre los ingresos de uno y otro, lo que refleja la tarea pendiente en la sociedad chilena, la desigualdad. Pero también es atinente de acuerdo con estas cifras y su distribución preguntarse sobre un "lugar común", cual es que Chile es un país de "clase media". ¿Qué porcentaje sería esta clase media? Claramente, vivir con menos de $562.000 en Chile no es estar en la clase media; aún más, vivir con $899.000 al mes, tengo mis dudas de que eso sea clase media, pero lo anterior significaría que el 75% de los hogares de nuestro país no serían parte de la clase media, y la clase media, de acuerdo con esta proyección, quedaría reducida al 24% de los hogares, descontando obviamente al 1% más rico, que estaría constituido por el grupo socioeconómico AB. Cuando reiteramos en nuestras opiniones que el problema es la desigualdad, estas cifras nos avalan, sobre todo después de tener el período de mayor crecimiento económico en la historia de Chile; es decir, en los últimos 31 años la economía chilena se ha multiplicado por 4 veces, así como en los mismos últimos 31 años, la población bajo la línea de la pobreza ha disminuido de un 45% en 1987 a un 7% el 2016.
En consecuencia, y analizando estas cifras, no es majadería sostener que no obstante el crecimiento espectacular de la economía chilena así como también la reducción espectacular de la pobreza, el país sigue siendo muy desigual.