¡Hay cada dieta alimenticia! Y el comprobado fracaso de tantas que hemos conocido no impide que sigan inventando otras, igualmente estúpidas o esotéricas y orientales. La única que la experiencia reconoce como positiva es la "dieta mediterránea".
Que, por cierto, no es lo que el vulgo cree: poca carne, mucha fruta y verdura, semillas de esto y lo otro, etc. En las costas del Mediterráneo uno encuentra cocinas donde el cordero (¡lleno de grasa de cordero!) se consume a diario, y donde el cristianísimo chancho es rey y emperador de los platos. Pocos sensatos entienden que dicha dieta es la propia de gentes del sur de Europa, más bien pobres, que llevan una vida tranquila, sin estrés, con bastante vino corrientito, sin velocidad para nada, lejos de toda urbe y tecnología, con consumo moderado de todo ("de todo un poco, de nada mucho").
¡Oh, los nuevos odiadores de azúcares y carbohidratos, o de lácteos y glútenes, dignos sucesores de los antiguos odiadores de huevos y cremas y mantequillas y de un sinfín de otras cosas tan sanas e inocentes como lirios del campo!
En fin. Después de todo, lo que comemos y el orden de lo que comemos proviene de viejísimas teorías en que dejaron huellas Pitágoras y otros griegos y Lúculo y muchos romanos. Que primero la fruta; que la fruta, al final; que la verdura de entrada; que la ensalada al final...
Hemos dado, por estos días, con varias recomendaciones sobre hierbas, que quizá inspiren a Mademoiselle una dieta nueva para hacerse rica y famosa. Hela aquí: "En la escuela salernitana se escriben muchas y grandes virtudes y propiedades de la salvia y, entre muchas, una de ellas es ésta, que aquél que la usare comer en ensalada o en la olla, casi nunca estará enfermo, porque ayuda la digestión, quita cualquier mal y dolor de pechos y del estómago que viniere de frialdad, conforta todos los nervios y miembros enflaquecidos, consuela y alegra el corazón, deshace los humores gruesos de las vejigas y hace orinar muy bien.
Destilada esta hierba por alambique o alquitara, vale contra perlesía, gota coral, y su conserva prolonga la salud y quita el mal de corazón. Tiene gran virtud para desenvolver la lengua tarda y balbuciente, si se trajere por las mañanas un pedacito de hoja debajo de la lengua".O sea, Mademoiselle, si al despertar de madrugada sólo le sale un balbuciante "ete que... ete que..." y se encuentra estítica y desconsolada del corazón y le cuesta orinar muy bien, recurra a la salvia. Lo que es nosotros, la usamos del siguiente modo.
Spaghetti con mantequilla a la salvia
Para 400 gr de spaghetti cocidos al dente, derrita 150 gr de mantequilla. Pique unas 15 hojas grandes de salvia fresca, póngalas en la mantequilla caliente 30 segundos, más o menos: es importante que no se frían. Repóselas unos momentos. Vierta sobre la pasta. Revuelva.