La cancelación a último momento del viaje del Presidente Donald Trump a Lima, Perú, para asistir a la Cumbre de las Américas lo convierte en el primer Mandatario de Estados Unidos que no asiste a esta reunión de líderes, y es solo el último de muchos indicios de su desdén hacia los latinos y Latinoamérica.
Los partidarios de Trump argumentan que la crisis de Siria es más importante que una reunión con los presidentes de la región. Los críticos, a su vez, dicen que Trump está escalando artificialmente la crisis de Siria para desviar la atención de la redada del FBI a las casas y oficinas de su abogado Michael Cohen, en medio de las investigaciones sobre posibles actos ilícitos del Presidente.
Pero la afirmación de la Casa Blanca de que Trump debe permanecer en Washington "para monitorear" la situación en Siria suena como una excusa.
Los presidentes de Estados Unidos constantemente manejan crisis durante viajes al extranjero. El entonces Presidente Barack Obama visitó Brasil en 2011 a pesar de la crisis de Libia, y de hecho ordenó el bombardeo de Libia durante su estadía en Sudamérica. Lo que es más, los mandatarios muchas veces aprovechan el marco de las cumbres presidenciales para resaltar sus posturas sobre crisis internacionales.
Quienes se rehúsan a creer que Trump desprecia a los latinoamericanos simplemente no quieren aceptar los hechos. Fíjense:
-Trump será el primer Presidente de Estados Unidos que no asistirá a la Cumbre de las Américas desde 1994, cuando se iniciaron estos encuentros que se realizan cada tres años.
En este caso, muchos esperaban que la presencia de Trump ayudara a producir una declaración firme contra la dictadura de Venezuela. El Vicepresidente Mike Pence, quien reemplazará a Trump en la cumbre, seguramente intentará hacerlo, pero el mensaje que están recibiendo los líderes latinoamericanos es que Venezuela no es una prioridad para Trump.
-Trump es el primer Presidente de Estados Unidos en muchos años que no ha visitado Latinoamérica en su primer año en el cargo. Los ex presidentes Obama y George W. Bush hicieron sus primeros viajes al exterior como presidentes a México o Canadá. El primer viaje de Trump al extranjero fue a Europa.
-Mientras que Trump no ha visitado América Latina a pesar de estar relativamente cerca de la región, el Presidente chino Xi Jinping ya realizó cuatro visitas a América Latina en cuatro años.
-Ni Trump, ni Pence, ni el ex secretario de Estado de EE.UU. Rex Tillerson han puesto un pie en la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington DC. Tillerson no acudió a una reunión de cancilleres sobre Venezuela en la OEA, a pesar de que la OEA está a solo siete minutos en automóvil del Departamento de Estado.
-Trump se demoró más de un año en designar a Kimberly Breier como jefa de asuntos latinoamericanos del Departamento de Estado. La funcionaria todavía debe ser confirmada por el Congreso.
-Trump se refirió recientemente a El Salvador y Haití, así como a naciones africanas, como "países de mierda", y ha afirmado falsamente que México encabeza los rankings mundiales de violencia.
-Trump ataca rutinariamente a los inmigrantes latinoamericanos, acusándolos de traer el crimen y las drogas a Estados Unidos, a pesar de que la inmigración ilegal de América Latina no ha aumentado en los últimos diez años y que los inmigrantes indocumentados tienen menores tasas de encarcelamiento en Estados Unidos que los ciudadanos estadounidenses.
-Trump amenaza con retirarse del Acuerdo de Libre Comercio de EE.UU., México y Canadá, y ya se retiró del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP), que incluía a México, Perú y Chile.
Es cierto que el mundo no se acabará por el hecho de que Trump no asistirá a la Cumbre de las Américas.
Pero esta hubiera sido la ocasión perfecta para que Trump revirtiera su imagen de arrogante y racista, y para que demostrara que le importan los vecinos de Estados Unidos, que comprende que lo mejor para el país es tener un México y una América Central prósperos, y que habla en serio cuando propone trabajar con los países latinoamericanos para la restauración de la democracia en Venezuela.
Lamentablemente, Trump dejó pasar esta oportunidad, y mostró una vez más su desprecio por la región.