MGMT - "Little darkage"
El conjunto liderado por Andrew van Wyngarden y Ben Goldwasser lanza su cuarto disco de estudio, "Little darkage", jugando con varios sonidos que parecen creados lejos de la tierra y que acá sirven para retratar las miserias vividas por personajes que habitan en un mundo hostil, destruido y quebrantado por nosotros mismos. De allí que la banda caracterizada por su impronta psicodélica y experimental utilice toda una paleta de variantes digitales que generan cierta clase de resignación, canciones lúgubres de las que su relato adelanta un desenlace poco decoroso.
No hay espacio a la esperanza ni mucho menos a una musicalidad que quiebre el pesar. Aunque entre tanta marcha fúnebre galáctica, hay algunos arreglos orgánicos que le dan otros matices al disco. La precisión de la guitarra acústica en "When you die" o la percusión inicial de "TSLAMP" sacuden un poco la abulia de un trabajo que, dado sus herramientas, tenía infinitas posibilidades, pero que optó por no arriesgarse.
MGMT no ha podido superar su álbum debut, "Oracular spectacular" (2007), en parte debido a que es difícil desprender alguna de sus canciones para convertirlas en éxitos, como ocurrió con "Time to pretend", "Kids" o "Electric feel", seductoras a su manera y relativamente variadas en su concreción. En "Little darkage", en contraste, todo suena muy plano y olvidable; entre tanta derrota en sus letras, hacía falta que la música le faltara el respeto a los personajes.
American Nightmare - "American nightmare"
Cada vez que American Nightmare lanza un disco, pareciera que muere un poco, o quizás revive desde la fuerza de ese golpe de nocaut que significa su música. La banda de hardcore punk nacida en Boston, Massachusetts, sufrió una serie de cambios de integrantes al final de la década del 90, tuvo que rebautizarse como Give Up The Ghost por problemas legales y, hasta cierto punto, se convirtió en un mito de la escena tras su separación en 2004, un año después de "We're down til we're underground", su momento de mayor lucidez compositiva.
Ahora el equipo vuelve con "American nightmare", su tercer larga duración y una obra clásica del género. Son nueve canciones -dos de ellas duran menos de 1 minuto- que se apegan a un guion que avanza a velocidad de Bad Brains, con el doble pedal apareciendo y desapareciendo entre temas, la guitarra destellando e hipnotizando a los punk rockers hacia sueños de moshpit y Wesley Eisold interpretando desde un constante último aliento, ese que se escapa al tiempo en que el cantante se deja abatir por la desolación de su sociedad.
Eso sí, a diferencia de otras bandas de su circuito, siempre han coqueteado con una suerte de raíz melódica, cercana al punk rock, haciendo de "War", "American death" o "Gloom foverer", piezas de construcción popular que atraen en base a su simpleza y a las ilusiones de destruir todo lo injusto que ocurre en el mundo. Durante los últimos años, bandas como At The Drive-In o Refused han vuelto a la vida con trabajos a destacar. Les sigue American Nightmare, porque mientras haya amenaza de caos, estarán ahí para contarlo.