Dijo Manuel Pellegrini, el técnico más exitoso en la historia del fútbol chileno, en una entrevista reciente otorgada a un diario español, que los clubes chinos -pese a su inmensa inversión- tardarán entre veinte o treinta años para ser competitivos con las ligas europeas. Un proceso largo que requerirá de paciencia oriental y de un sostenido apoyo estatal, que al parecer, ya comienza a flaquear.
Esta semana, después de la dolorosa derrota de Colo Colo en su debut como local en Copa Libertadores, el debate sobre la realidad de nuestro campeonato se reabrió. Arturo Salah insistió en que el modelo de campeonatos largos nos devolverá nuestra competitividad, pese a que, entre sumas y restas, los equipos jugarán la misma cantidad de partidos y, a la quinta fecha, ya son varias las bancas que tambalean.
Supongo que el proceso del fútbol chileno no tomará tanto tiempo como el chino, porque hasta hace poco al menos competíamos, y sin un modelo financiero tan lucrativo como el de hoy. Hay algunas señales alentadoras, como que por primera vez en mucho tiempo el trabajo de la selección se coordina con el de los clubes, aunque podría verse también como la presión de las sociedades anónimas para hacer prevalecer sus intereses sobre la Roja, el único eslabón que nos había salvado de la debacle.
Provoca gozo ver a Rueda en los estadios y en la inauguración del fútbol joven, pero aún resta por saber quién ganará en el gallito de contar con los jugadores jóvenes más talentosos: si la selección o los equipos, que es un dilema antiguo y que, afortunadamente, esta vez va a dirimir un entrenador que las oficia de presidente. Sobre todo en un año donde la sub 20 se jugará el paso a varios torneos importantes.
Por lo pronto, y para hablar de procesos, que tanto nos gusta, sería pertinente recordar que la formación de entrenadores en el fútbol chileno está abandonada hace rato a una institución inexplicable. La contratación de un seleccionador que no fue jugador profesional abre una ventana para acercar posiciones en el único y monopólico centro formador del fútbol chileno, donde esa división no se supera desde hace décadas y fue abierta, precisamente, por quien gobierna hoy la ANFP.
La crisis que nos tiene en el sótano de los rankings debería obligarnos a poner el foco en la formación de nuestros futuros técnicos, levantar al INAF como un centro de estudios y desarrollo pionero en el continente, convocar a los grandes maestros para que iluminen el futuro o simplemente liberalizar la enseñanza de esta ciencia tan compleja a otros centros de estudio, que la acogerían con ávido entusiasmo.
En lo concreto, cabe hacer algo que nos coloque en el camino correcto, que centre el debate, que abra esperanzas concretas. Pajarito Valdés, el mejor jugador en los últimos torneos locales, dijo que si Colo Colo pasaba a octavos de final de la Libertadores, les iba a pedir a todos los periodistas y especialistas que le hicieran "la gran Chino Ríos". Yo creo -humildemente- que la vara es muy baja, objetivamente. Y ese nivel de debate también.