"No tengo recuerdo de una noche inaugural tan fallida como esta de #Viña2018".
Eso escribí en mi Twitter en la madrugada de ayer. La frase tiene más retuits, respuestas y favoriteos que las peleas a garabato limpio del Chino Ríos o los concursos turísticos de Andrónico Luksic.
Y es que a esa hora ya teníamos una buena colección de bochornos, ¡justo la noche en que se da la partida a aquello que nos ocupa el cerebro durante buena parte de cada febrero!
Ni perdón ni olvido. En serio. ¡La gente estaba muy enojada!
No es sencillo decidir qué fue lo peor, pero este es más o menos el ranking :
1. El collage tipo tarea de prekínder entregado a Miguel Bosé como Premio al Artista Ícono del Festival. ¿Qué fue eso? Mi adolescente en casa, que era fatal para Artes Manuales, lo habría hecho mejor.
2. La caótica y desparramada obertura, pletórica de buenas intenciones, cantantes, bailarines, etc., que necesitaba a lo menos seis ensayos más para que no anduvieran todos contra el tránsito. El caos creativo es otra cosa.
3. El errático show de Bombo Fica. Este es el caso en que menos es más. ¿A ustedes no les daba la garrotera cuando volvía a llamar al escenario a Mariela Montero, Willy Benítez o a ambos?
4. Está bien anunciar al artista que viene, pero es ¡una rotería! meter en un cuarto de pantalla su nombre y rostro mientras hay alguien más ocupando el escenario.
5. Illapu iniciando su actuación a las 3.20 (y más) de la madrugada. Sin comentarios.
¡¡Qué plancha!!
El "perifestival"
No es que durante el año sea como la BBC de Londres, pero en estos días nuestra TV está en completa sintonía con el estilo descrito más arriba. Los programas satélites -bueno, también los noticieros- han estado ocupados de las candidatas a reina: Polo Ramírez baila en la playa con ellas y los "noteros" hacen su agosto. En "Fiebre de Viña", por ejemplo, Betsy Camino (una cubana es-tu-pen-da) explicaba que no, que ella no se había peleado con nadie, que no era verdad que no había invitado a su fiesta a Lisandra (otra cubana espléndida) y que esto "ha sido un camino muy duro", "estresante" (Camila acotó: "Es bastante cansador") y que solo quería "que sea todo rico". Todas coincidieron que era tan linda la labor social ("fuimos a, ¿cómo se llama?, ah sí, al Sanatorio Marítimo"). Y Betsy le lanzó al conductor Julio César Rodríguez, a propósito de una frase: "¡El ex eres tú, papito!". No sé cuándo (ni por qué) el animador se transformó en el galán de Chile.
No intente entenderlo: esto es más complejo que la reforma tributaria.