Brian Fallon - "Sleepwalkers"
Deborah y Bruce Springsteen. Dos nombres de valor completamente apuesto para la cultura popular, definieron la carrera de Brian Fallon. La primera, su madre, cantó en un conjunto folk en los años sesenta y las comparaciones con el hombre de "Born in the USA" se hicieron recurrentes desde que el músico de Nueva Jersey formara a The Gaslight Anthem. Incluso, después de tocar juntos en algunos festivales, el propio ídolo estadounidense les dijo que ellos serían "los próximos 'The Boss'".
Más allá de las palabras de buena crianza, en "Sleepwalkers", su segundo trabajo solista, el cantautor reafirma los lazos trazados con Springsteen en la construcción de canciones enérgicas desde las guitarras y gracias a su voz áspera, ese registro personal que genera una atmósfera de añoranza al pasado y, de la misma manera, una inyección de esperanza al mirar el futuro, necesaria para un padre de dos hijos que ha retratado en varias oportunidades cómo las miserias terminan venciendo a los sueños de los hombres como él.
A 10 años de "The '59 sound" (2008) -su aplaudido segundo disco con The Gaslight Anthem-, reclutó al productor de aquel álbum, Ted Hutt, responsable de refinar el punk al estilo de The Clash para fundirlo en un abrazo con las raíces de la música estadounidense. Además, Fallon añadió en su catálogo la superposición de las voces, los teclados psicodélicos, la nostalgia de los bronces y la sensibilidad para crear música con la que es fácil identificarse, como si hablara de los miembros de las familias del barrio en el que creciste.
Varios Artistas - "Black Panther the album music from and inspired by"
La producción de "Pantera Negra", el nuevo filme del universo cinemático de Marvel, no quiso dejar nada al azar. Dirige Ryan Coogler y actúan Chadwick Boseman, Michael B. Jordan y Lupita Nyong'o; entonces, un proyecto que honra al continente negro requería de un referente afroamericano en la construcción de su banda sonora. Y quién más capacitado que Kendrick Lamar para esa curatoría.
El mejor rapero de su generación produjo 14 canciones pensadas especialmente para el filme, que exponen cierta idea de unión entre las dos corrientes que ha explotado durante su carrera: la excepcional manera de plasmar en rimas sus críticas a la sociedad, también sus dudas existenciales y, por otra parte, su pulcritud al momento de definir una musicalidad que toma referencias en el jazz o la música electrónica, y que en este trabajo se funden en un encuentro con las percusiones africanas en rol protagónico y un completo catálogo de la música negra, desde el soul hasta el reggae.
Un abanico de ritmos esculpidos a la medida de sus colaboradores, donde TheWeeknd aporta con el pop de trasnoche, Khalid con la suavidad del R&B, Travis Scott define una especie de trap de autor y beats psicotrópicos, y SZA se consolida como la artista femenina joven más promisoria del circuito. Cada uno de ellos forman los mejores momentos de un álbum que funciona como una obra en sí misma, lejos de cualquier OST compuesto para un filme taquillero durante los últimos años, y que extiende nuevamente el aporte de Kendrick Lamar a la música (y de paso a la industria).