Un grupo de jóvenes ha decidido que los acuerdos políticos adoptados por sus mayores para garantizar la paz no han servido de nada, que se han doblegado ante sus adversarios y que sus viejos dirigentes ya están corrompidos por tanta transacción. Es la hora de intentar cosas nuevas. Es la hora de recuperar la pureza.
Esta descripción podría aplicarse a la emergencia de cualquier grupo político con vocación de ruptura. Podría sintetizar también la mecánica revolucionaria. Pero en esta película es la resurrección del temible Ejército de Liberación Irlandés (IRA), 19 años después de los acuerdos que pusieron fin a la guerra terrorista en Irlanda del Norte. Los jóvenes que lo lideran se hacen llamar IRA Auténtico, usan el mismo explosivo que sus mayores (el Semtex checo) y tienen la disposición de volar bancos, buses, aviones y todo lo que pueda representar a Gran Bretaña. Vienen a hacer la revolución que sus mayores traicionaron cuando se pusieron a negociar una cosa tan blandengue como la paz.
Una de las primeras víctimas de este IRA Auténtico resulta ser la hija de Quan Ngoc Minh (Jackie Chan), un chino sesentón que tiene un pequeño restorán en Londres. Quan pone sus ojos en el viceministro de Irlanda del Norte, Liam Hennessy (Pierce Brosnan), que fue un antiguo combatiente del IRA y ahora gobierna con un consejo integrado por exdirigentes de la banda nacionalista. Quan supone que estos hombres llegarán primero a los asesinos y que Hennessy deberá entregárselos para que pueda hacer justicia por mano propia. Este chino no quiere ley, sino venganza.
La película es en una parte la confrontación entre Quan y Hennessy, dos sujetos cuyas historias están marcadas por la violencia. Hennessy fue uno de los terroristas más sanguinarios del IRA y Quan fue un agente de fuerzas especiales en Asia. Ambos tienen relaciones ambiguas con la violencia y soportan pasados que preferirían olvidar.
La otra parte es la infernal intriga de traiciones y dobles jugadas entre la oficina de Hennessy, el gobierno inglés y los antiguos guerrilleros del IRA, que convierte a la historia en un juego de espejos. Aquí el acento recae en las delgadas líneas que separan a los viejos combatientes de los jóvenes terroristas. Lo que el filme sugiere es que ese renacimiento de la violencia solo es posible gracias al resentimiento de algunos de los viejos.
El material de esta película parece ser la venganza, en un sentido oriental (la novela de origen se titula
El chino), pero su vocación está en la traición, en su sentido más occidental, es decir, el que remite a esa forma de pureza que son los ideales. El cineasta Martin Campbell, especialista en cine de espías (antes dirigió dos entregas de James Bond:
Golden Eye y Casino Royale), es eficiente y a ratos tiene alguna inspiración (como el enfrentamiento en primer plano entre Hennessy y Hugh McGrath), pero no vuela mucho. Lo justo para una película sin más ambiciones que halagar a sus estrellas.
The foreignerDirección: Martin Campbell
Con: Jackie Chan, Pierce Brosnan, Orla Brady, Charlie Murphy, Rory Fleck Byrne, Ray Fearon, Kathy Leung.
113 minutos