Una buena manera de comenzar a definir -o a reafirmar- el voto del próximo domingo es imaginar el gabinete con el que gobernará cada candidato si llega a La Moneda.
Ya escribí aquí el domingo pasado que si Beatriz Sánchez se decidía a apoyar a Alejandro Guillier seguramente este -como premio- la nombraría ministra del Interior. La primera parte de mi predicción ya ocurrió esta semana (menos mal, a alguna que le achunte). Y algo me dice que también voy a acertar con la segunda parte si Guillier logra el triunfo. Entonces, el país quedará gobernado por dos periodistas.
¿Qué diría don Camilo Henríquez, fundador de la prensa chilena? Algún sociólogo podría plantear que dado que vivimos en la era de la información, de algún modo nuestros destinos ya están siendo definidos por los periodistas. Un cientista político podría agregar que instalar a dos periodistas en Palacio es una concentración de poder excesiva: el "Cuarto Poder" y el "Primer Poder" unidos jamás serán vencidos. Y así podríamos seguir elucubrando respecto de un país gobernado por Alejandro Guillier y Beatriz Sánchez.
Pero ya sé qué me van a decir. Que mi análisis es sesgado, porque un gobierno no es conducido solo por el Presidente y su (prospecto de) ministra del Interior. Y tienen razón. Obviamente también es fundamental el ministro de Hacienda.
Yo sé que varios periodistas del sector económico están ya postulándose para reemplazar a Nicolás Eyzaguirre. Su reflexión es simple y se basa en el famoso principio " a maiori ad minus ", o "el que puede lo más, puede lo menos" (avísenme si notan que se me está pegando la forma de escribir de mi colega Carlos Peña). Se trata de lo siguiente: si un periodista puede ser Presidente de Chile, con mayor razón puede ser ministro de Hacienda.
Pero yo no estoy de acuerdo con eso. Creo que el ministro de Hacienda debe ser no solo un especialista en economía, sino también un buen especialista. Ya pagamos caro no haberlo tenido en algún momento del pasado reciente.
Lo complejo es que el problema para Guillier es que varios de los economistas mejor aspectados para asumir en Hacienda se asustaron esta semana con su frase para el bronce: "Vamos a meterles la mano en el bolsillo a los que concentran el ingreso, para que ayuden a hacer patria alguna vez".
El economista Ricardo Ffrench Davis era hasta ahora uno de los más probables ministros de Hacienda de Guillier. Así lo reafirmaron el jueves en el debate radial de la Archi. Pero según me comentaron, le incomodó toda la situación. Yo creo que sí le dio miedo el tema. No es miedo a que lo obliguen a meterle la mano a nadie en el bolsillo, eso no va a ocurrir, supongo, físicamente. No, yo imagino que le dieron miedo los "memes".
Quizás se desveló con uno en que con la melodía de la canción "saca la mano, Antonio", aparecía él haciendo de "pick-pocket", bajo el título "saca la mano, Ricardo".
Mala cosa. No va a ser tan fácil conseguirle un buen ministro de Hacienda a Guillier.
Pero al menos también se supo que en Colina I y en la "Peni"se generaron expectativas entre los presos por hurto, robo y monra; para qué decir entre los carteristas y lanzas internacionales. Porque ellos, sobre meter la mano en bolsillo ajeno sí que saben.