No vale la pena que nos engañemos entre nosotros. Reconozcamos que ninguno de los dos candidatos presidenciales que pasaron a la segunda vuelta consiguieron el objetivo que buscaban en la primera.
Por eso a Piñera y a Guillier no les queda más opción que rearmar sus equipos. Porque esto es igual que el fútbol. En el segundo tiempo se define todo, y si los primeros 45 minutos no dieron para celebrar, hay que buscar refuerzos y meterlos a la cancha. Para salir a ganar el partido.
Convengamos en que Piñera ya hizo buenas "contrataciones" para el tramo final del pleito. Los tres presidenciables de su sector ahora visten la camiseta piñerista: Ossandón, Kast y Kast, valga la redundancia.
Ossandón es bravo en el mediocampo. Marca firme, ataca y defiende. Es como un Arturo Vidal de la política. Sin el carrete. Buena incorporación.
El Kast grande (José Antonio) cubre como nadie la banda derecha. Es habilidoso, rápido y encara con honestidad a los rivales. Será un aporte.
El Kast joven (Felipe) es un centrodelantero nato, que logra desbordar hacia izquierda y derecha. Tiene un juego atractivo, arrastra marca y es bueno con los pies (en especial en los puerta a puerta) y con la cabeza (para cuando hay que debatir ideológicamente con el Frente Amplio). Gran fichaje.
Guillier también hizo lo suyo con los tres que tenía disponibles para él en el mercado. Sumó rápidamente a ME-O, a Carolina Goic y a Navarro.
ME-O es un talentoso volante ofensivo. Dispara a matar cada vez que tiene la oportunidad. Es oportunista y tiene un juego vistoso. Suma.
Carolina Goic no se hace notar mucho en la cancha pero cumple en la defensa. Ella pone una cierta muralla para evitar autogoles y escapadas inesperadas. Entre tenerla y no tenerla, mejor tenerla, dirían en mi tierra.
Y Navarro... Este... Bueno, tiene oficio. Y tiene buenos contactos internacionales.
Ya sé lo que me van a decir. Que el ejercicio me quedó desequilibrado, porque los refuerzos de Piñera se ven más potentes que los de Guillier. Pueden tener razón. Pero no he terminado la columna. Y me falta plantear una cosa clave.
Más importante que el elenco de figuras de un equipo es la capacidad que tengan de jugar colectivamente. Eso lo sabe cualquiera.
Y ahí está la amenaza para Piñera. Que se crea Messi y piense que puede echarse solo el equipo entero al hombro. Y que todos jueguen solo para él. Tirándole puros centros. Sin capacidad de jugar bonito. Muchos de sus seguidores pueden pensar que es como un Messi de la política, pero es obvio que si no logra jugar en equipo su destreza no será suficiente.
Por otra parte, Guillier todavía tiene la posibilidad de sumar un último refuerzo. Sí, la Bea. Para la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier es su Ronaldo (Luis Nazario, claro), y por eso, aunque tiene un pasado respetable, sabe que necesita una inyección de frescura. Y Beatriz Sánchez podría ser la Cristiana Ronalda que buscan.
El problema es que Bea no quiere na. O no sabe si quiere o no entrar a la cancha. Si decide sumarse el comando de Guillier -pese a la desconocida que ya le hizo el Frente Amplio al senador- y pierde (pierden juntos), habrá sido una gran torpeza política. ¡Pero, y si gana! Podría convertirse en la primera ministra del Interior de la historia patria. Es tentador. Tic toc tic toc. El tiempo está corriendo. Mañana comienza el tramo decisivo del segundo tiempo.