Magela Baudoin (1973), una de las escritoras bolivianas más cotizadas en la actualidad, ha publicado un tomo de entrevistas, la galardonada novela
El sonido de la H y, recientemente,
La composición de la sal , que obtuvo el premio hispanoamericano de cuento Gabriel García Márquez. Además, Baudoin colabora en revistas impresas y digitales, dirige la publicación "El Ansia", sobre literatura, en su país, la colección editorial "Mantis", que difunde textos elaborados por mujeres latinoamericanas, y es fundadora y coordinadora del Programa de Escritura Creativa de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra. Este impresionante currículo se complementa con el prólogo que Alberto Manguel, un gran escritor y hombre de letras realiza para
La composición... : luego de una breve introducción sobre la poca pertinencia de las clasificaciones por géneros en la posmodernidad, Manguel nos explica que "(los relatos) de Baudoin son, sin duda, singulares, ofrecen meticulosas observaciones, comparten un acto secreto y aluden a algo siempre mayor que el argumento que proponen. Es como si ella nos contara sus historias con la mayor aparente franqueza, pero nosotros, los lectores, intuimos detrás de las palabras una reticencia oscura, motivos nunca confesados, razones secretas, personajes y lugares de cuyos nombres Baudoin no quiere acordarse: la apariencia explícita, franca, abierta de sus cuentos nos engaña, pero con tal habilidad que aceptamos ser engañados. Sus atmósferas son amenazadoras, tenebrosas...".
Todo estaría muy bien y abriría el apetito por un libro en el que su autora, indudablemente, muestra talento, sentido del humor, dominio idiomático y originalidad. El problema es que este compendio, que apenas sobrepasa el centenar de páginas, contiene 15 piezas, por lo que, ni aunque se tratara de una antología de Borges, Maupassant o Chéjov, seríamos capaces de recordar cada una o, al menos, la mitad de ellas. De este modo, terminamos
La composición... con la sensación de algo bien hecho, aunque hecho a medias, con el sentimiento de un volumen confeccionado a la medida de un taller, con la idea de que la compilación pudo haber sido mucho mejor y, sobre todo, con la noción de un ejemplar donde las anécdotas resultan intercambiables, lo que es el peor pecado en el que puede caer un conjunto dedicado al engañoso arte de la narración breve. Por último, Baudoin compone textos de relativa extensión -es solo un modo de decir-, aun cuando, por lo general, prefiere el microcuento de escasas carillas, una forma difícil de llevarse a cabo con éxito y que suele ser un pretexto para la pereza (no es, desde luego, el caso de la prosista altiplánica).
La composición... se inaugura con "Amor a primera vista", que transcurre en el Barrio Latino de París y cuyo título alude a un departamento en mal estado, muy deteriorado, si bien a Celia le encanta gracias a su luminosidad, motivo que, hacia el final, la mueve a comprarlo. En adelante, los escenarios de esta recopilación serán cosmopolitas, refinados, harto acomodados o bien, nos adentraremos en las alegrías, las penurias, las aventuras mayores y menores que tienen lugar en Bolivia, sea en el interior del vasto país, sea en sus hoy por hoy sobrepobladas ciudades. "La cinta roja" desarrolla la cruel trayectoria de Rebeca, la Reina del Carnaval de La Paz, quien es brutalmente asesinada en un acto que ahora se llamaría un crimen de femicidio; la novedad consiste en el constante cambio de punto de vista, pues Natalia, la protagonista, va hilvanando y deshilvanando la carrera de Rebeca, en el interior de un bar de la capital, donde un grupo de periodistas amigos se reúne para hablar del caso, por más que en el fondo todo sirva solo para emborracharse. Rebeca, junto a las demás participantes, ha ejercido la prostitución desde una temprana edad y aunque nadie se atreva a decirlo, algunos machos piensan que quizá ahí habría residido la razón de su muerte.
"Cuando pasó lo que pasó, le prometimos a Mami no hablar nunca más del asunto. Y le cumplimos. Ella nos enseñó a no mentir. Supongo que todas las madres hacen lo mismo. Pero cuando ella decía 'no mentir' se refería -con los años finalmente se lo hice entender a mi hermano- no solo a decir lo que fuera verdadero sino a algo mucho más simple. Para Mami era feo mentirle a los demás, pero era peor enredarse uno mismo". Este es el promisorio comienzo de "Algo para cenar", la más desarrollada y tal vez la mejor trama de
La composición... "La noche del estreno" se refiere a la interpretación de "Carmen", en el Teatro Colón de Buenos Aires. El asistente es un lavandero no es retardado mental, que posee una curiosa afición por la ópera y que pone la obra de Bizet a todo volumen, "entre los largos intervalos del centrifugado o del secador permanente", lo que suele asustar a uno de sus clientes, quien efectúa una reflexión histórica en torno al drama lírico francés. El héroe, además, ha montado en su negocio un teatrillo, donde marionetas que encarnan a la gitana y los demás actores del melodrama, actúan al compás de los recitativos, las arias y los coros de "Carmen". La rara o más bien singular existencia del hombre se complementa con su pasión, "por adivinar la vida de las personas tras sus tenidas".
Así,
La composición... posee una considerable cantidad de intrigas de valor, aderezadas con el peculiar y culto lenguaje de Baudoin, muy apropiado cuando concibe episodios extensos, y poco idóneo si es que se le ocurre ser minimalista.
Baudoin compone textos de relativa extensión -es solo un modo de decir-, aun cuando, por lo general, prefiere el microcuento de escasas carillas.