La teleserie nocturna que partió el domingo en TVN pretende dar la pelea con dignidad, a sabiendas de que en ese horario hay un ganador imbatible, Mega, que con "Perdona nuestros pecados" tiene la supremacía asegurada hasta 2018. No es fácil entrar a competir en ese escenario y menos cuando la producción del canal privado está desatando uno de sus nudos neurálgicos: la traición del padre Reinaldo a su amante, María Elsa Quiroga. Pero el destino (y las decisiones programáticas) quisieron que el debut de "Dime quién fue" fuera en estas durísimas circunstancias.
El resultado para este estreno del canal público, la noche del domingo, fue un promedio de 9,8 puntos de rating , exiguo al lado de los 25,7 que obtuvo Mega en ese horario y los 16,5 de Canal 13. Anoche, el segundo capítulo marcó 8,3 puntos online . Pero en TVN insisten en que tienen que salir jugando, sea cual sea el resultado. El problema es que hacer teleseries locales tiene un costo alto y es parte de los dilemas que enfrenta hoy esta estación. ¿Es parte de su misión financiar este tipo de producciones, aun cuando no congreguen altas audiencias?
Más allá de estas preguntas, "Dime quién fue" presentó una trama atractiva por la intriga policial que la alienta. Recuerda, en ese sentido, a "La invitación", la ochentera teleserie del ex canal católico, cuya trama congregaba a invitados a un hotel, con el fin de desentrañar un crimen. Pero ahora quien investiga no es el dueño del recinto sino una simple ayudante del chef, Laura Castillo (Antonia Santa María), quien regresa de París (y del pasado) para descubrir cómo murió su madre, la mucama más adorable del Hotel Santuario Capital.
El primer capítulo tuvo una ágil presentación de personajes, pero también situaciones que quedaron al debe. Por ejemplo, la atracción entre Laura, la joven protagonista, y el maduro, pero muy bien tenido chef del hotel, interpretado por Francisco Reyes. Es interesante presentar esta relación porque transgrede los clásicos códigos de las teleseries chilenas. Pero faltó fineza en su sustento inicial: no quedó bien claro de dónde y cómo surgió esta tensión sexual. No es suficiente con un casi-atropello en la calle que terminó con los dos, cuerpo a cuerpo en el suelo, ni con una mañana de compras en la feria. Así y todo, el personaje de Reyes es atractivo por la ambigüedad que mantiene todo el tiempo: ¿es un villano?, ¿por qué miente?
Hay otros roles que son obviamente malvados, como el de la dueña del hotel (Amparo Noguera), cuyas feroces peleas con su marido (Roberto Vander) ratificaron la excelencia interpretativa de esta actriz. Vander, en cambio, se veía acartonado y noventero; pero su personaje solo llegó hasta el segundo capítulo, ya que anoche fue una de las primeras víctimas de quien está vengando a la mucama muerta.
En el segundo episodio, la protagonista tuvo un encuentro con su otro galán, el hijo de los dueños del hotel (Eyal Meyer), quien lloraba con ella la muerte de su padre (Vander). Laura, a su vez, lloraba por la desaparición de su madre, hace 20 años. Pero las palabras de ambos no lograban traspasar la emoción de la situación. En "Dime quién fue" hay una historia llena de intrigas y un ramillete de intérpretes con oficio. Es necesario poner más acento en la dirección de actores y cuidar las sutilezas del guion para que todo lo narrado se haga creíble e involucre de verdad a los televidentes.