El debut en la dirección del actor Andy Serkins es, quizás, como sus creaciones digitales para "El señor de los anillos" (Gollum) y "El planeta de los simios" (el simio César): efectivo efectismo. Sin demasiadas sutilezas (que a lo mejor no son del todo necesarias en este melodrama), este filme es como cruzar un campo de cebollas porque, se comulgue o no con lo que hay, las lágrimas caen garantizadas. Esta es la historia real de un joven (Andrew Garfield) condenado a estar postrado por la polio; es, también, la historia de la fiel compañía de su joven esposa (Claire Foy), quien le ayuda a combatir lo establecido: salir de la seguridad hospitalaria para pasar sus días en la incertidumbre del hogar, ya que nadie le garantiza que -en los años 60- pueda sobrevivir sin enfermeras, ni respirador mecánico, ni el equipamiento adecuado. "Una razón para vivir" es melodrama puro, sin más ni menos. La ópera prima de un buen actor de muecas y de la era digital.
"Breathe". Drama. Reino Unido/EE.UU., 2017. 117 minutos. T.E.