Beatriz Sánchez
Era recontra soñadora, pero ahora el sueño se convirtió en un problema político, porque pestañea y se le viene la pesadilla y aparecen los monstruitos candidatos y candidatas del Frente Amplio que son de naturaleza caótica y neurótica. No se puede descuidar. Así como están las cosas se está desvelando por Chile. Se va a enfermar.
Marco Enríquez-Ominami
El sueño de la casa propia lo persigue desde hace décadas, pero ni siquiera ha podido dar un pie y menos calcular las cuotas. No aspira a nada en especial, pero no puede evitar ese sueño repetido, que tampoco lo angustia. Mientras no se materialice, su destino es vivir en la realidad: comuna de Vitacura, 306 metros construidos y 960 de terreno.
Carolina Goic
Le cuesta recordar lo que soñó, y le aconsejaron despertar, anotar y el partido se los interpreta. Escribió dos sueños tipo preguntas: "¿Quién creó el lema Patria resiliente?" y "¿Por qué los líderes de Progresismo con progreso no son candidatos?". La interpretación la hará la Junta o la directiva o el consejo o el tribunal. Depende de los resultados.
Sebastián Piñera
No cree en los sueños, aunque los utiliza en la retórica del discurso. Tampoco en el psicoanálisis y en la separación del ello, el yo y el superyó. Para él hay una dimensión y un orden de aparición: superyó de día, yo de noche y el ello son la gente que vota en Chile o en Springfield. Para ser justos, tiene un sueño: ser mencionado en Los Simpsons.
Eduardo Artés
Se dormía con el programa radial Hogar, dulce hogar, donde al protagonista lo llamaban "Coreano", como sinónimo de hombre falso y mentiroso. Descubrió el humor imperialista, después a Mao y a Kim Jong-un. Es mezcla de viejo humorista chileno, Eduardo de Calixto, con vietnamita iluminado: Ho Chi Minh. Es una figura que no aparece ni en los sueños.
Alejandro Guillier
Sueña que está soñando mientras duerme siesta. Se despierta y termina de soñar, pero permanece en la siesta. Es posible, por lo tanto, retomar el sueño, y dentro de la cavidad del sueño al interior de un sueño, se ve en La Moneda como Presidente de la República. Se le puede cumplir el sueño, pero necesita despertar tres veces por lo bajo y cinco como máximo.
José Antonio Kast
Su sueño es bíblico e inquietante, porque aún no descubre su rol. El interior de un galpón con piso de paja. Llora una guagüita que no es él. De pie un señor con barba, que tampoco es él. Tres caballeros llegan con regalos y ninguno es para él. Un grupo de moscas lo molesta y las espanta. Es siempre el mismo sueño y duda: ¿con qué las espanta?
Alejandro Navarro
En el senador se confunden los sueños de grandeza con el soñar despierto. Él piensa que pertenece al presente, pero la verdad es que se va convirtiendo en un recuerdo viviente. El proceso empezó, lo hemos visto en varios otros casos y es algo que nunca soñó: un candidato presidencial se transforma en souvenir.