Celebramos la vida en la ciudad. Nos gusta ver gente en las veredas a toda hora del día, tiendas entretenidas, cafés con mesas en las calles, ferias, heladerías y restoranes. Pero en el barrio Lastarria hay un zapatero que debe bajar su cortina y partir de ahí, porque el precio del arriendo de su local se ha triplicado. No se trata de hacer aquí un lamento nostálgico por un noble oficio en retirada, sino de reconocer en este hecho una señal de alerta de decadencia urbana. En efecto, la misma situación la temen otros pequeños locales que llevan, como la zapatería, casi medio siglo construyendo la auténtica identidad del barrio: aquella mezcla de realismo, sencillez y memoria que hoy el retail busca imitar y capturar con obsesión.
Sin regulación, la vitalidad urbana termina por asfixiar las actividades tradicionales, y un comercio homogéneo, orientado al visitante, reemplaza la antigua variedad. Almacenes, peluquerías, modistas, tintorerías y todo el delicado tejido que sustenta la encantadora vida cotidiana sucumbe bajo el comercio de embelecos. Los residentes comienzan a huir, hastiados también de vivir en la juerga sin fin. Y la juerga, liberada de la saludable vigilancia de los vecinos, termina en burdo libertinaje. Finalmente el barrio muere secuestrado por la especulación, cuando el precio de suelo se vuelve prohibitivo para desarrollar cualquier cosa de calidad.
Los barrios monotemáticos tienen finales tristes. ¿Recuerdan las calles Suecia y General Holley? Fueron alguna vez jóvenes bellezas inmortales; hoy apenas levantan la cabeza después de una larga decrepitud y decadencia. Para allá irá el barrio Italia y también Bellavista si no se dosifica la explotación de su potencial. Esta batalla por conservar la vida y las tradiciones de sus residentes se está dando en ciudades como Barcelona y Berlín, y la debiera dar también Valparaíso, antes de convertirse en una maqueta para el turista. Amamos las ciudades llenas de vida, pero de vida real. Afortunadamente, tenemos un sinfín de barrios hermosos para diversificar la oferta.