Notable documental testimonial de la joven cineasta chilena Lissette Orozco, cuyo parentesco con la protagonista de la historia -la ex agente de la Dina Adriana Rivas, prófuga de la justicia chilena- le da a este trabajo documental una altura sobresaliente; no solo por dar un inside familiar y cercano, sino por la manera en que se organizan los datos de la causa. La tensión parte desde el comienzo, cuando Lissette Orozco declara en una voz en off que su tía "Chani", a quien siempre admiró y quiso, y quien siempre llegaba desde el extranjero a visitar a la familia con alegría y regalos, de pronto se convirtió en alguien polémico y por descubrir, cuando cayó todo el peso de la ley sobre su figura. Acusada de formar parte de la oscura maquinaria de la DINA en dictadura, este documental le da tribuna a la versión de Adriana Rivas desde la familiaridad de su relación con su sobrina, para negar una y otra vez los hechos que se le imputan. Lissette Orozco, desde 2010 hacia delante, va entrevistando en distintas ocasiones a su tía: de manera presencial en Chile, cuando tiene arresto domiciliario, hasta vía Skype, cuando se fuga de la justicia a Australia, mientras se va adentrando en testimonios y datos objetivos sobre la participación acreditada de Adriana Rivas en la tortura y violación de derechos humanos. Estas dos caras de la moneda afectan a la narradora, una sobrina que crece en cámara desde el inicio del filme hasta el final, para convertirse en una tremenda directora de cine que no solo aprendió a trabajar con las luces, sino que sobre todo con las sombras en el arte de esculpir la realidad en el cine.
Chile, 2017. 96 minutos. T.E.