Aunque, a primera vista, pareciera que Canal 13 repite la fórmula de "Cásate conmigo"-espacio que antes condujeron Soledad Onetto y Diana Bolocco-, lo cierto es que el nuevo programa de Francisco Saavedra "Contra viento y marea" tiene una mirada más profunda y apuesta por ser mucho más que un registro de los preparativos de un matrimonio.
El foco está puesto en mostrar historias de amor diferentes y en eso el primer capítulo exhibido el lunes pasado (en la foto), y que marcó 13,5 puntos de sintonía, acertó. Cristián y Luisa fueron los protagonistas: él, con 1 metro 35 centímetros de estatura, contó que ha enfrentado toda su vida los prejuicios que genera su enanismo, mientras ella, separada y desilusionada del amor, se mostró decidida a casarse con él a pesar de las dudas y críticas en su entorno.
Aunque las lágrimas fueron parte importante del capítulo, la producción supo apelar al humor haciendo los quiebres precisos en medio del relato. Ahí se mostraba a Cristián riéndose de sus desgracias, de cómo tuvo que adaptar su auto para conducir o de que la única forma de quedar a la altura de su pareja para, según él, "consumar", era subiéndose a un piso ubicado estratégicamente en su casa.
El programa demuestra por sí mismo tener potencial, pero, para gusto de sus seguidores y pesar de sus detractores, también deja en claro que fue hecho a la medida de su conductor. En "Contra viento y marea", Saavedra explota la cercanía que ha desarrollado con el público en "Lugares que hablan" y es parte fundamental en la creación de los diálogos íntimos y emotivos. También es un tipo rápido y bueno para la talla aportando en el humor.
El punto es que "Contra viento y marea" es una sobredosis de Saavedra: hace los relatos en off , entrevista a las parejas, graba con una cámara sus reflexiones -que van intercalándose entre una escena y otra- y a cada rato recurre a esas carcajadas estridentes que lo caracterizan. Por supuesto que nada de esto es casual, sino la opción de Canal 13 por seguir explotando al rostro que le sube el rating los fines de semana, pero lo concreto es que hay que tenerle harta simpatía al personaje para que no resulte eterno el capítulo y para entender que en este espacio el verdadero protagonista siempre será él.