La U fue campeón el semestre pasado porque Ángel Guillermo Hoyos fue capaz de curar las cicatrices de un pasado muy traumático que afectaba al vestuario y fracturó a la institución, además de darle solidez defensiva a un plantel que venía careciendo de rigor en las marcas.
Por eso llama la atención que el técnico no haya desmentido más enfáticamente la opción de emigrar que se insinúa desde Ecuador y que su escuadra luzca hoy la defensa más batida del torneo, en una clara señal de la metamorfosis que sufrió la táctica. Resignando las bandas ofensivamente, la obligación permanente de los laterales de ir arriba ha generado vacíos que los volantes no han sido capaces de cubrir.
Los azules han perdido su principal característica: el orden. Y pese a que todavía tienen opciones de repetir el título, habrá que insistir en el concepto de las indefiniciones tácticas que ha mostrado su entrenador en este certamen.
A diferencia de la Unión Española, que tras el descalabro de su participación internacional y de la Copa Chile, privilegió la idea de Palermo, quien quiso hacer énfasis en la seguridad defensiva, uno de sus pecados anteriores. Armó una nueva defensa y ha conseguido estar como líder invicto tras siete fechas. Aunque, claro, marca menos goles. El duelo entre ambos promete interés en la pizarra, al menos.
No es demasiado sorpresivo lo que acontece con la Universidad Católica, que dio señales extrañas en el receso. Los cruzados fueron el equipo de mayor competitividad en Copa Libertadores, pero resignaron tempranamente sus chances en el torneo pasado. Había signos evidentes de sus fragilidades ofensivas y la inversión no palió las pérdidas sufridas tras ganar el bicampeonato.
Es un plantel sin muchas variantes -pese a la búsqueda honesta de su técnico- al que ya no le basta con la dinámica. Más allá del consenso que generó la contratación del "Tanque" Silva, su escasa adaptación al medio y su ansiedad evidente terminaron por contagiar al resto. Al uruguayo casi no se le escuchó palabra en el año, y eso, por más despliegue que haya mostrado en la cancha, no sirvió para conquistar a una hinchada irritable que demanda ahora más triunfos que estilo, y que incluso en el éxito ha pedido la cabeza del técnico como un dogma.
Siguiendo con los contrasentidos, Colo Colo obtuvo su triunfo más cómodo del semestre sin su principal figura y con el aporte de un "olvidado". Óscar Opazo fue una de las contrataciones que estaban arrumbadas en el desván, pese a su condición de seleccionable. En el afán constante de Guede de explorar nuevas fórmulas, esta vez apeló al "Torta", lo que lo obligará a un nuevo ejercicio de pizarrón. En eso los albos son parejos: suben y bajan en medio de sus propias tormentas, sin encontrar la quietud.
Ha ido mucha gente al fútbol, coincidiendo con la rebaja de las entradas y algunas promociones. Habrá que valorar el esfuerzo de los clubes por redactar una normativa contra la violencia, pero la duda es válida: ¿Servirá de algo un reglamento que no estipula sanciones para los clubes cuando la seguridad de los estadios es violada? La protesta evidente de la Garra Blanca y Los de Abajo este fin de semana deja instalada la interrogante.