Dentro del fenómeno de la globalización, y como parte también de los flujos migratorios que se extienden por todo el mundo, así como del creciente turismo masivo, es interesante constatar cómo se han impuesto algunos tipos de cocina. Y, lo curioso, es que coinciden en todos los países, salvo honrosas excepciones, como España, Francia y, en menor medida, Italia, que mantienen viva una rica y poderosa gastronomía propia. Es así como se puede constatar que las hamburguesas son una invasión. Con agregados particulares y más o menos refinamientos, se pueden encontrar en todas partes. Lo mismo que las pizzas, baratas, fáciles de hacer y de gusto masivo.
Por otro lado, la presencia árabe se nota más allá de la vestimenta, y los kebbas se ofrecen hasta en los más apartados pueblos de Europa, mientras la cocina vietnamita ya es un must internacional. Ya sea en París, Ámsterdam o Bruselas, siempre se encontrará un pequeño lugar en el que se puede comer la refinada comida de ese país, sabia mezcla de su herencia oriental y una fuerte influencia francesa. Por todo esto, cada vez cuesta más encontrar lugares donde disfrutar de las especialidades locales. La globalización de los gustos ya es una realidad: hamburguesas, pizzas y kebbas; con la cocina vietnamita como único oasis frente a esta desdichada estandarización. Y todo parece que seguirá así, porque el turista masivo busca comida "reconocible", de precio razonable y fácil de hallar.
Y como una demostración de que en comida árabe hay mucho más que kebbas, un clásico de toda la vida es Omar Khayyam. En la misma antigua casona de la avenida Perú, como detenida en el tiempo, aquí se ofrece la auténtica cocina árabe de siempre.
Deliciosa su babagannuch (pasta de berenjenas); su kubbe, recién hecho; sus hojitas de parra y todos los rellenos, así como el cordero: su plato estrella. Realmente da gusto volver. Nada ha cambiado, salvo que hay delivery.
OMAR KHAYYAMDirección: Avenida Perú 570
Reservas: 22777 4129
Precio por pareja: $ 46.000
Cerrado domingos
noche