The War On Drugs - "A deeper understanding"
Pareciera que Adam Granduciel fuese un terapeuta que aminora el dolor, un tipo capaz de adormecerte y llevarte de viaje por una carretera de ensueño al tiempo en que repasa al pie de la letra cuáles son los miedos de un hombre de 38 años, que a través del retrovisor ve cómo antiguos amores jamás volvieron o cómo las frustraciones de la vida diaria se hicieron constantes. "A deeper understanding", el quinto álbum de su proyecto The War On Drugs, es un golpe de realidad -a ratos desolador- con un tono esperanzador.
Luego de la reputación alcanzada por su anterior trabajo "Lost in the dream" (2014), el combo de Filadelfia, Pensilvania, fichó al multiinstrumentista Anthony LaMarca y al saxofonista Jon Natchez para fortalecer un relato que amplió sus capas sonoras e intensificó sus posibilidades, como si en medio del desierto hubiese encontrado una caja repleta de cintas de los años 60 y 80, listas para ser tocadas al mismo tiempo. Acá los teclados psicodélicos se superponen con las percusiones programadas de corte electrónico, que luego dejan su lugar a las guitarras que se erigen desde el blues y el folk, influenciadas en la canción tradicional estadounidense y sobre todo en la obra de Bob Dylan -el fraseo y un tanto el registro de Granduciel hace pensar en el ganador del Premio Nobel de Literatura.
En "A deeper understanding", la melancolía es una droga lo suficientemente adictiva como para volverte fuerte y dejarte avanzar, aunque sueñes con ella todas las noches.
LCD Soundsystem - "American dream"
El contexto político en Estados Unidos formó a Prophets Of Rage, hizo que U2 reestructurara completamente su próximo álbum "Songs of experience" (2017) y también fue pieza fundamental del relato del último disco de Roger Waters. Entonces aparece LCD Soundsystem con una placa llamada "American dream" que se lee como un título al menos sarcástico en voz de los neoyorquinos, sin embargo, es solo un anzuelo lanzado por el productor y líder del combo, James Murphy, para contarnos su historia.
"Menos Trump, más problemas de la gente común", podría ser el mensaje entrelíneas del hombre de 47 años, que esta vez expone problemas amorosos, de amistades, de la familia y todo lo que se transforma mientras se hace más viejo. Hoy es padre de un niño pequeño y eso le hace ver el mundo de otra forma, aunque también puede ser un profesional iracundo que no muestra empacho en dedicarle una canción a un ex colaborador al que demandó por sinvergüenza.
Y, musicalmente, Murphy utiliza la misma fórmula que lo convirtió en pieza clave del indie bailable del nuevo siglo, construyendo canciones por sobre los seis minutos de duración, influenciadas en el post-punk y el uso de una maquinaria repleta de sintetizadores que encuentra las texturas necesarias para darle profundidad al vacío que por momentos experimenta la electrónica. Entre los guiños se cuentan Suicide, U2, David Bowie y Joy Division, pero, más importante, pareciera que después de siete años en las sombras, LCD Soundsystem solo hubiese estado criogenizado. Todo sigue igual.