Es un fenómeno que sin duda recién comienza. Y que no será fácil de resolver. Por un lado, el turismo ha salvado la economía de países en crisis, como España y Grecia, por poner dos ejemplos, pero, por otro, trastorna la vida cotidiana de quienes tienen, a estas alturas, la mala suerte de vivir en lugares que concentran la atracción turística. Y por eso han empezado a escucharse las primeras protestas de quienes están ya aburridos de la invasión de turistas. Con pintadas y manifestaciones, se anuncia lo que será un gran tema. Porque ciudades pequeñas y preciosas, como Ámsterdam, se han convertido en un peregrinar de turistas que colapsan sus calles, un verdadero y diario río de extranjeros que invade todo.
Ibiza y Mallorca, por ejemplo, están colapsadas, sin agua y los trabajadores de servicios deben dormir hacinados en sitios baldíos ante la falta de camas. Y si a eso se le suma el comportamiento de este turismo masivo, se solidariza de inmediato con los afectados. En fin, habrá que ver cómo evoluciona este fenómeno que recién comienza y que, claramente, será un temazo de la agenda mundial. Y, mientras tanto, para comer como lo hacen en sus casas miles de españoles, un merendero pequeñito, de menú y buen servicio. No más de 15 mesas, el Puerto Rico en pleno Madrid, se repleta, rotando sus mesas hasta cuatro veces en cada servicio.
Un día cualquiera, un potaje de garbanzos, sublime, con verdura, sin nada de carne, pero con mucho sabor. Luego un rabo de toro con patatas fritas, delicioso. Mucho mejor que en lugares de más postín. La carne oscura y suave, con toda su gelatina, para mojar las papas.
La coliflor frita, en pequeños ramitos, con aceite, otra muestra de sencillez y sabor. El cabito para dos terminó con una pareja de argentinos chupándose los dedos. Un pequeño y estupendo lugar, a menos de 11 euros, copa de vino incluida.
PUERTORICODirección: Calle
de la Chinchilla 13,
Madrid.
Precio por pareja: 22 euros
Cerrado domingos