Soledad Alvear: Una mujer influyente que siempre influye sobre los mismos, eso sí.
Eduardo Aninat: Solo una cosa le falta por hacer: cortarse la barba. No quiere.
Mariana Aylwin: No piensa como el partido, no participa de sus alianzas y menos de su proyecto, pero sigue en el partido. Se va a enfermar.
Genaro Arriagada: Un intelectual que aún no se da cuenta de que está inactivo.
Jorge Burgos: Quiere lo mejor para el país y desechó una candidatura. Estamos bien.
Fuad Chahin: Quiere lo mejor para el país y aspira al Senado. Estamos mal.
Marcelo Chávez: Una de sus votaciones fue calificada de milagrosa, con justa razón, porque por milagro es diputado y es difícil que el milagro se repita.
José de Gregorio: Su padre fue secretario general de la DC y decían que el hijo salió más inteligente, pero yo creo lo contrario. Además, el papá era mucho más pillo. Y en esto el acuerdo es total.
Gonzalo Duarte: El actual secretario general de la DC. Lo ha hecho de la mejor manera que ha podido dentro de lo que cabe. Eso es lo dramático del caso, precisamente.
Sergio Espejo: Renunció al partido por un imperativo moral y su valerosa decisión fue un verdadero alivio. Y no para un sector: para todos.
Carolina Goic: A veces parece de izquierda y a veces de derecha. Algo que irrita a los de izquierda y enardece a los de derecha. Esa es la historia del partido.
Ricardo Hormazábal: No se refichó como militante, porque el partido perdió su doctrina. En las primarias apoyó a Goic, ahora votará por Guillier y sigue siendo DC. Él se entiende, pero para eso necesita concentrarse.
Claudio Kirk: No tengo el gusto de conocerlo y quiero que ese gusto me dure toda la vida.
Gutenberg Martínez: En Tolerancia cero lució un chaleco verde cuyas mangas se asomaban debajo de la chaqueta. Sencillo en el vestir y en el pensar, pero lo disimula.
José Miguel Ortiz y Sergio Ojeda: Diputados desde 1990 que van a la reelección. Asisten a cuanta sesión se realiza, porque los mueven las aspiraciones de viejos: batir récords e ingresar al libro de Guinness.
Ricardo Rincón: A veces se acuerda de Radomiro Tomic que solo con una pala hizo campaña. También debería recordar, eso sí, el apodo: "El Loco de la Pala".
Ximena Rincón: Tiene rabia y mucha rabia. Está esperando que se le pase. Todos esperamos lo mismo.
Jaime Ravinet: Abandonó el universo DC, pero la inercia de la salida lo mantiene en órbita. Su afán en la vida es tener razón. Ya no lo logró.
Jorge Sabag: El único diputado DC que con seguridad se va directo al cielo. Si es que hay cielo.
Eduardo Saffirio: No es un intelectual, pero algunas noches se ilumina.
Gabriel Silber: A veces sueña con el Senado y eso demuestra que hasta durmiendo es peligroso.
Patricio Zapata: Abogado parsimonioso en el rango del hombre bueno democratacristiano. Un producto de feria artesanal, porque es típico chileno.
Matías Walker: Lo retaron y siguen retando, sobre todo en la intimidad del hogar.
Andrés Zaldívar: Está leyendo Hansel y Gretel. A los militantes un consejo: vayan a su casa, pero no pisen la cocina.