Estragón: Aparecerá, y cuando lo haga será un nuevo comienzo. Otro ánimo y esperanza. Otro cantar. Creo escuchar el rumor de la multitud, flamean pendones y banderas, distingo al pueblo que avanza lentamente por las grandes alamedas. ¡Allá!
Vladimiro: ¿Dónde allá?
Estragón: ¡Allá! ¡Allá!
Vladimiro: El brillo de sus ideas entorpece la mirada y la limpieza de sus principios me ciega. Avanza detrás del polvo y las luces.
Muchacha roja: Bailo sola, y lo hago con alegría revolucionaria.
Pozzo: No era él.
Lucky: Esperemos.
Estragón: Mañana entonces, mañana vendrá y lucirá el traje de estadista. Tan bien cortado, con caída libre y elegancia de ungido. Esa lumbre nos reunirá, esa voz nos guiará.
Vladimiro: Ese metal tranquilo.
Estragón: Ese timbre celestial.
Vladimiro: Compañeros, camaradas, hermanos. Reunidos para cambiar la historia. El pueblo lo espera. Que venga, que venga. Necesitamos un faro para romper la tormenta.
Muchacha roja: Ahora soy el realismo socialista: una serpentina.
Estragón: Aún falta tiempo, pero se los prometo, si aparece, claro que lo podemos lograr. Estoy seguro.
Vladimiro: Es que están dadas las condiciones históricas y hasta puede renacer la Unidad...
Estragón: Eeeehh.
Vladimiro: ...la unidad de la Nueva Mayoría.
Estragón: Por supuesto, somos la mayoría del siglo. La cosa es que aparezca con toda intensidad y con el porte de la estatua humana.
Vladimiro: Lo veo venir con el desplante del líder, la frente en alto y la mirada puesta en el horizonte.
Muchacha roja: Se me van los pies, es música ciudadana: ¿dónde está la marcha?
Pozzo: No era él.
Lucky: Sigamos esperando.
Estragón: Será mañana, entonces, cuando despierten el pueblo del norte y el sur, de cordillera a costa. Son las reivindicaciones sociales y sobre esa herencia lo veo venir con la palabra justa, el gesto inolvidable y la frase conmovedora. Nos convoca al sueño y nos llama al ideal.
Vladimiro: El ademán encantado y la voz certera del líder. Estoy seguro, amigos míos: mañana aparece.
Estragón: Nos quedan pocos meses, pero los suficientes. Que tiemblen los conservadores, que suden los enemigos del progresismo, que lloren los reaccionarios.
Vladimiro: Me parece que es él. Camina con toda la tranquilidad del mundo. Hay brillo en su figura y los resplandores me confunden.
Muchacha roja: Bailo sola, pero con alegría revolucionaria.
Pozzo: No viene nadie.
Lucky: No era él.
Estragón: Ya tendría que estar aquí.
Vladimiro: Quedémonos por si aparece.
Muchacha roja: Me anduve desgarrando.
Estragón: ¿Y si nunca aparece?
Vladimiro: Esperemos.
Pozzo: Nada ocurre, nadie viene, nadie va, es terrible.
Lucky: Hoy no vendrá, mañana de seguro, sin falta, lo hará.