Otro magnífico aporte extranjero al 10° Famfest, "La cortina de la niñera" es una delicia de propuesta en la técnica de teatro de sombras de origen oriental, venida desde Sao Paulo. La trae la prestigiosa compañía Sobrevento, de larga trayectoria, que no es una desconocida entre nosotros: en 1995 presentó aquí "Mozart Moments", también estupenda, pero elaborada con muñecos, siendo la primera obra foránea que se animó a programar el entonces Festival Teatro a Mil, lo cual llevaría a la internacionalización del notable encuentro que ahora disfrutamos cada enero como Santiago a Mil.
Codirigida por la chilena Sandra Vargas, ofrece en 50 minutos un espectáculo sin palabras cuya simplicidad es capaz de brindar raudales de magia e ingenuo encanto. Inspirada en un cuento infantil de Virginia Woolf, lo que parece ser solo un pretexto, primero vemos en tarimas aparte a un niño aburrido jugando a hacer sombras con sus manos en la pared, mientras su niñera borda figuras de animales y de un pueblito, en lo que será una cortina. Cuando ella se queda dormida, estas cobran vida como siluetas a contraluz en blanco y negro, en dos grandes pantallas.
Allí se despliega entonces un ágil desfile de breves y jocosas escenas zoológicas de diversas especies, a la manera de un festivo carnaval circense de los animales (difícil no recordar a Saint-Saëns), o de una
stravaganza amablemente ridícula como la que imaginó Walt Disney en su viejo filme "Fantasía". Al final llegamos a la aldea, aparece la figura humana, ingresa el color y los ritmos afrobrasileños, y todo culmina en una alegre y movida celebración con baile incluido.
Aparte de los dos actores a la vista, la entrega la ejecutan desde atrás del dispositivo escénico tres manipuladores que mediante varillas animan figuras recortadas en plástico o mica; con su gran pericia ellos logran efectos sorprendentes en la movilidad de las siluetas. Como en "Mozart Moments", aquí el entorno musical es un factor determinante. Comienza con variaciones en solo de piano a ratos con ecos de Eric Satie, insinuando el clima irreal de ensoñación; para luego convertirse en una suite a toda orquesta que de modo brillante marca ritmos y sugiere las distintas atmósferas de cada cuadro.
Teatro Municipal de Santiago. Funciones solo hasta hoy, a las 12:00 y 16:00 horas.