No se debe subestimar la notable apertura de la franja internacional de Famfest, el festival de teatro familiar, en su décima edición. El estilizado espectáculo "Tiger Tale" es traído desde Glasgow por el Barrowland Ballet, uno de los conjuntos de danza contemporánea más elogiados de Escocia. En una década de trayectoria este ensemble se prestigió por fusionar la creatividad más refinada con lo popular, en su búsqueda por abrir la danza a espectadores no habituados a ella.
Por cuarta temporada en gira, su "Cuento del tigre" asombra sobre todo debido a que, si bien se destina a un público infanto-juvenil, está realizada con tanto rigor como si estuviera dirigida al más exigente espectador adulto. Eso obliga a pensar en el escaso empeño con que nuestro medio dancístico ha explorado en hacer nuevas obras de calidad, con las que jóvenes y niños puedan identificarse y sentirse estimulados.
Cautivante y gozoso por su magia y encanto, en los 55 minutos que dura ofrece una historia muy actual y llena de resonancias, a través de un lenguaje que es básicamente coreográfico, pero que usa muchos recursos teatrales (breves diálogos) y que a ratos es también un espectáculo de sensaciones por las sorpresas sensoriales que provee de tanto en tanto. Muestra a una familia que lleva una vida gris, uniforme y aburrida. Incluso reprimen todo contacto físico uno con otro y se han olvidado de ser felices. Hasta que aparece este inesperado personaje, libre, juguetón, sin frenos de ningún tipo, también algo caótico, que viene a trastocar todo. Él propone que la civilización tal vez nos ha constreñido demasiado, nos ha llevado a encerrarnos en nosotros mismos: hay que reaprender a seguir nuestros impulsos, a disfrutar de la vida y de quienes nos rodean.
Con sugerente música interpretada en vivo, la acción sucede en un cubo -la casa- que el público rodea por sus cuatro costados. Eso permite una proximidad con los ejecutantes, quienes derrochan una energía contagiosa. Tras ser anunciado por plumas y una lluvia de naranjas y piñones, el Tigre -vestido de terno anaranjado y con aroma a naranjas- interactúa con la platea. En el remate el espacio es inundado por cientos de pelotas de pimpón (¿adivina su color?) y los niños asistentes son invitados a subir al escenario a jugar con ellas y los personajes.
Habría sido bueno que Famfest hubiera traducido el texto introductorio en inglés al inicio de la obra, dando el marco conceptual al relato.
Matucana 100. Hoy y mañana a las 17:00 horas.