La expresividad telúrica de nuestro terruño nos ha forjado una cultura sísmica de la que podemos enorgullecernos. Pero después de ver las horrorosas escenas del incendio de la Grenfell Tower en Londres, desvela la posibilidad de que nuestra preparación en materia de incendios no sea igual de saludable. Es cierto que la voracidad del incendio de Londres podría haberse debido a un imperdonable error de diseño: un material combustible instalado como fachada ventilada, que se transformó en una túnica de fuego que trepaba por el perímetro. Pero ver un edificio de esa altura ardiendo como una pira, ubicado además en la capital de la prevención del incendio, siembra dudas respecto a qué pasaría aquí con los nuestros.
Primero, debemos saber que gran parte de las causas de los incendios está en nuestras manos, por ejemplo, el tipo de combustible que usamos en los departamentos. ¿Sabía que el gas licuado es muy peligroso en edificios de altura, porque al ser más pesado que el aire se puede acumular en pisos inferiores en caso de fuga? ¿Ha revisado los circuitos eléctricos de su vivienda y sus artefactos últimamente? En estos tópicos es altamente recomendable
no ensayar la creatividad
personal y asesorarse por un especialista certificado.
Del mismo modo, si su edificio tiene sistemas de protección activa, como rociadores o una red húmeda, deben chequearse con regularidad. Contar con extintores para manejar un amago es una opción económica que puede hacer una gran diferencia. Luego, la carga de fuego de los objetos que hay en un recinto determina en gran parte la voracidad y toxicidad de un incendio. Por ello, es un peligro cuando los departamentos se convierten en bodegas, almacenando materiales que agravan las características de un siniestro.
Finalmente, las escaleras que sirven al escape pueden ser estructuras exteriores o estancas. Estas últimas se reconocen por contar con puertas pesadas que abren hacia afuera, las que deben mantenerse siempre cerradas, por muy incómodo que sea. De lo contrario, la escalera puede transformarse en una chimenea por donde trepa humo y fuego. Todo edificio en altura debe tener también un plan de prevención, emergencia y evacuación conocido por todos. Ponga estos temas en la tabla de su próxima reunión de comunidad.