Rancid - "Trouble maker"
Cuando se trata de Rancid, pareciera que el camino siempre está cuesta arriba. La banda californiana no solo ha debido lidiar contra los problemas más genuinos de la música, como la falta de creatividad en la composición, sino también ha tenido que luchar temporada tras temporada contra los fantasmas propios del punk, donde la etiqueta "No venderse" pareciera estar incluida en el contrato abstracto que asumen las agrupaciones de su estirpe desde el inicio. Y si ese ideal fuese ley, el cuarteto ha caído en la criminalidad un par de veces.
El contrato con Warner Bros. para distribuir "Indestructible" (2003) no le hizo gracia a los fanáticos, pero al menos sirvió para que los liderados por Tim Armstrong se apropiaran de su historia, donde la búsqueda de la masividad no es sinónimo de traición, dependiendo de los objetivos. De todas formas, Rancid acusó el recibo hace años y con su nuevo álbum "Trouble maker" (2017) vuelve a demostrar a través de un disco clásico por qué se elevó casi por sobre todos los proyectos que se le asemejaban.
Son 17 canciones que repasan cada una de las corrientes del movimiento. Acelera a ritmo hardcore punk y
riffs heavy metal para luego surfear sobre la ola más melódica del conjunto, que incluye palmas, el descontrol del doble pedal y la convocatoria de los coros pop. También guiños a la guitarra de The Ramones y una inventiva que apunta a la problemática política y social de Estados Unidos. En el punk no hay vuelta atrás, incluso vimos a Rancid en Lollapalooza, pero a esta altura de su carrera, qué más da.
Royal Blood - "How did we get so dark?"
La aparición de Royal Blood con su álbum debut homónimo lanzado en 2014 fue un golpe directo a la quijada de la música británica. El dúo nacido en Brighton, formado por Mike Kerr y Ben Thatcher, unía de manera visceral el poderío del hard rock con la electricidad del stoner rock, con marcadas influencias en Queens of the Stone Age o The White Stripes. De hecho, en ese momento, la obra se convirtió en el disco debut rockero más vendido en su primera semana desde "Noel Gallagher's High Flying Birds" (2011).
Ahora, con su segundo trabajo, "How did we get so dark?", el dueto saca el pie del acelerador sin disminuir su potencia. Queda claro que sus músicos quisieron reposar las melodías para darles otras tonalidades, donde temas como "She's creeping" y "I only lie when I love you" suman un aroma a psicodelia trasnochada. También un compás que asume el atractivo candente propio del género, con letras que se arman como puzzles para encontrar un significado común: los autos, el diablo, los labios, los ojos ardientes, las luces apagadas.
Con su segundo álbum, Royal Blood expande sus posibilidades. Si alguna vez oímos a Josh Homme cantando como si estuviese en medio del desierto con las botas llenas de arena, Kerr se instala en el centro de la ciudad, en un bar subterráneo ondero y oscuro, porque en su voz no hay melancolía ni resignación, más bien un sentir generacional que te obliga a olvidar rápido y, como caballo de carreras, tener la vista fija hacia adelante. Ya lo dijo Jimmy Page: "Escuchas que van a llevar el rock a un nuevo reino, si es que no lo están haciendo ya".