"Tolerancia cero" partió antenoche antecedido de una campaña que invitaba a resucitar el debate televisivo, pero en las dos horas que duró el capítulo debut del espacio editorial de CHV se vio poco o nada de discusión. Fernando Paulsen y Fernando Villegas, los contertulios históricos, recibieron a los periodistas Mónica Rincón y Daniel Matamala y a la ex ministra de Bienes Nacionales, Catalina Parot (los nuevos panelistas), como si se tratara de esos compañeros de curso que te caen tan bien que prefieres dejarlos lucirse y demostrar que hicieron bien sus primeras tareas.
Matamala y Rincón, mateos ellos, llegaron nerviosos, pero con la pega hecha hasta el set. Recitaron cifras, cruzaron datos, expusieron sus miradas sobre el fideicomiso ciego anunciado por el ex Presidente Sebastián Piñera, las inversiones del PS y las posibilidades de los precandidatos y candidatos presidenciales hasta ahora en competencia. Catalina Parot, en tanto, se tomó literalmente la tribuna. Y, más que una panelista, se transformó a ratos en la vocera de Piñera, por su defensa férrea al hoy precandidato de "Chile Vamos".
Así, con un leve tufillo a marcha blanca, "Tolerancia cero" volvió a ver la luz, esta vez con Paulsen asumiendo el rol que hasta el año pasado tuvo Matías del Río como moderador. La experiencia del periodista en el manejo de los tiempos y su vehemencia para tratar los temas se mantuvieron inalterables, pero su nuevo papel lo llevó a tener menos participación de lo habitual en la conversación. Villegas, en cambio, parecía aburrido y hasta amurrado escuchando a sus compañeros que se esforzaban por darle dinamismo a la conversación.
La decisión de partir el nuevo ciclo sin invitados fue uno de los factores que más le jugó en contra a este nuevo "Tolerancia cero". Con tres periodistas en el panel, un polémico como Villegas y una política como Parot les lloraba un entrevistado tipo Alejandro Guillier, que a esa misma hora figuraba con Pedro Carcuro en el canal de la competencia. Pero sin debate y sin preguntas de por medio, el espacio no consiguió generar pauta y ni siquiera dio qué hablar. Una lástima, porque precisamente sus atributos más reconocibles y con los que construyó sus 15 años de historia son ser un espacio generador de contenidos.
Ahora habrá que esperar que con invitados en la mesa, como anunció Paulsen en el último bloque, y más capítulos sobre la marcha, este nuevo panel termine por cuajar y comience a convencer.