Parece una aguda y retorcida sátira sobre la corrección política. Y lo es.
En sus precisos y directos 104 minutos de duración, "Huye" ("Get Out") se prodiga en escenas cargadas de sutil ironía y también de abundante humor.
Pero esa muy bien realizada secuencia con que parte la película nos advierte que esto no va por la comedia. Es de noche y un joven afroamericano busca una dirección en una calle sinuosa, no muy iluminada, de casas elegantes, un barrio de blancos, mientras por el celular intenta que un amigo lo oriente. Bromea con el temor que le produce este lugar desconocido para él (¿como un blanco entrando asustado a un barrio negro?). La inquietante canción de Flanagan & Allen "Run Rabbit Run" acompaña la escena que cierra este prólogo: ya de día, un bosque desfila ante una cámara subjetiva, desde un vehículo en movimiento que no vemos.
Tras esa breve introducción, se nos abre luminoso el día en el departamento, muy de diseño, del fotógrafo Chris Washington (Daniel Kaluuya). Él es afroamericano y su bella novia blanca, Rose (Allison Williams) está en una deliciosa panadería eligiendo el desayuno. La pareja prepara maletas: pasarán el fin de semana en la finca de los padres de Rose, quien quiere presentarles a su novio. A Chris le preocupa que ella no les haya advertido previamente sobre el detalle del color de su piel. Rose se ríe: "¡No son racistas!". Y lo tranquiliza con chistes de su padre y Obama.
Inevitable referencia a "Adivina quién viene a cenar" (Stanley Kramer, 1967).
Antes de partir, Chris le pide a su amigo Rod (Lid Rel Howery), un cómico y bonachón agente de seguridad de Administración del Aeropuerto, TSA, que cuide a su perro. Rod tiene la cabeza llena de risibles paranoias y no le parece nada bien esta incursión de Chris al mundo de los blancos.
Junto con iniciarse el viaje, la historia comienza a caminar, muy de a poco, por senderos inquietantes. Un pequeño accidente carretero, la sangre de un animal atropellado, un policía no muy amistoso; nada más.
La gran casa de los Armitage, frente a un bosque y un hermoso lago, es tan acogedora como lo son Dean (Bradley Whitford) y Missy (Katherine Keener), los padres de Rose. Él, neurocirujano; ella, psiquiatra.
De allí en adelante el relato se va adentrando de a poco pero a tranco firme por los terrenos del suspenso, el misterio, el thriller y el terror.
Todo ello sin que este escenario de plácida normalidad (aparente) varíe. Solo que a Chris, observador y voyerista como el fotógrafo que es, no se le escapa detalle.
La mucama (Betty Gabriel, escalofriante) y el jardinero, ambos de su raza, siempre sonrientes; el hermano de Rose, algo cargante; las visitas que a su novia se le había olvidado contarle que vendrían, parejas mayores, todos blancos, muy educados, muy amables, "no racistas".
Un guión agudo, inteligente, cargado de sutilezas y también de diálogos con estilete mantiene al espectador en el borde de la butaca.
Jordan Peele (actor de "Comedy Central"), debutando en la dirección y guión, alterna con maestría la cotidianidad y el terror, el suspenso y el humor, lo fantástico con lo real, armando un puzzle perfecto, sin faramallas ni pirotecnias.
Un guión que exuda una inteligente critica social: en ese mundo, aparentemente "progresista", la hipocresía y el racismo tienen otra cara, mucho más sofisticada y sutil. Porque los mezquinos límites de la tolerancia y la corrección política sirven para ocultar o disfrazar lo inaceptable socialmente. Peele juega a desafiarnos con los amables diálogos de las visitas con Chris (el interrogatorio del japonés es como un test al espectador).
Y parece tan obvio que lo que se discutía en "Adivina quién viene a cenar" solo podía ocurrir hace 50 años, que nos reímos a carcajadas con las paranoias de Rod, en escenas deliciosas que Peele se encarga de montar muy bien.
Ingeniosa, singular, muy contemporánea, "Huye" es una muy grata sorpresa en la cartelera 2017. ¡No la deje pasar!
Muy buena.
Ojo: Mayores de 14.
(En cartelera).