Jenaro Prieto es uno de los nombres ilustres de la narrativa chilena. César Aira escribió que su novela más conocida, El socio, es "una auténtica obra maestra del humorismo y la mecánica novelística". La primera versión cinematográfica de ese libro es de 1939, inglesa; la última, chilena, de 2004. Su obra periodística ha sido reconocida y valorada; en 2006, tuvo una nueva oportunidad con la edición de En Tontilandia, recopilación de las columnas de Prieto sobre aquel país imaginario cuya capital se llama Cretinópolis. Pero hay más Prieto: en el archivo del autor, donado a la U. Católica, se encontró esta novela, Así pasó el diablo, cuyo talante satírico enlaza muy bien con el conjunto de su obra.
Uno de los habitantes más conocidos del infierno, Mefistófeles, es enviado de nuevo a la tierra para ver si es capaz de superar su fracaso con Fausto. Es un diablo anticuado, que huele "a naftalina, romanticismo y Edad Media". Para colmo, tiene que hacer su obra en un pequeño pueblo llamado San José de las Pataguas. "Viven como bestias y mueren como santos", dice el cura del pueblo sobre sus feligreses, y Mefistófeles no puede menos que encontrarle la razón: "Los pecados capitales no solo perdían fuerza, sino que hasta cambiaban el carácter. La murmuración de todos y la hipocresía propia evitaba los escándalos; en tanto, la envidia, trasmutada en policía de seguridad, ponía coto a las empresas amorosas y velaba con ojo avizor por el mantenimiento de las buenas costumbres". El pobre diablo ve frustradas sus aviesas intenciones y cuando por fin logra poner en marcha un plan, se tropieza con la incredulidad de la gente, cura incluido. Es cierto que, como escribe Pablo Chiuminatto en el prólogo, hay mucha nota criollista en la descripción de un pueblo del valle central de Chile y de sus personajes arquetípicos -el cura, la beata, el médico, el librepensador, el farmacéutico, el idiota (que se llama Tonto Gil)-, que vincula a Prieto con otros escritores de su generación. Pero se distingue también por el humor. Así pasó el diablo parece a ratos una comedia de equivocaciones, y es evidente que San José de las Pataguas es una representación en pequeño de Tontilandia. Aunque no está a la altura de El socio, esta novela es inesperadamente actual, tanto por la crítica al poder del dinero como por la persistencia de la hipocresía como ese manto en donde todo acaba pareciéndose.
JENARO PRIETO.
Ediciones UC, Santiago, 2016.
120 páginas.