Evo Morales está enfermo y viajó a Cuba en busca de tratamiento. Cinco médicos bolivianos no fueron capaces de curar su afección a la garganta, complicada con una sinusitis. Tampoco diagnosticaron el nódulo en las cuerdas vocales descubierto en los exámenes cubanos. Evo no confía en los médicos de su país y regresará a operarse en abril. Los líderes socialistas del siglo XXI miran a Cuba como la isla de los supuestos milagros médicos. Desde Hugo Chávez hasta el jefe de las FARC, alias "Timochenko", buscan curación en La Habana.
Cuando se trata de la salud de un Presidente, es de dudosa conveniencia no recurrir a las mejores instituciones de salud que estén disponibles. En el caso de América Latina, se sabe que clínicas brasileñas -como la que eligieron Dilma Rousseff y Lula para curarse de cáncer- tienen los más altos estándares, y bien podría Evo haber elegido una de su país vecino. Por razones nacionalistas, se descarta que Evo pudiera haber venido a una clínica chilena, pero en Brasil, que ha sido un socio de Bolivia por largos años (el más importante consumidor de sus hidrocarburos), tenía varias donde elegir. Sería muy lamentable que descarte ese país por razones puramente ideológicas, aquellas que lo separan del actual gobierno de Michel Temer.
Es de esperar que la calidad del hospital donde lo atienden en La Habana esté a la altura de la propaganda del régimen comunista. No se ha informado en qué institución se operará Morales, pero la que prefieren los líderes de la izquierda latinoamericana es el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq), donde Hugo Chávez fue tratado con total discreción.
Si de Chávez se decía que tenía un "absceso pélvico", que resultó ser un cáncer terminal, de Evo se anunció que tiene un "nódulo pequeño, de dos milímetros, en las cuerdas vocales", y que debe ser operado cuando termine su tratamiento contra la "infección viral" que lo aqueja. En Bolivia cualquiera parece ser vocero presidencial. El Vicepresidente trató de aminorar la dolencia ("dolencia controlable y tratable de manera rápida"), varios ministros hicieron lo suyo, y al final fue la ministra de Salud la que dio el parte médico. Y, en mitad del tratamiento, Evo partió a Venezuela a rendir homenaje a Hugo Chávez, "el comandante eterno", y participar en la XIV Cumbre del ALBA, que languidece a ojos vistas. El propio Evo reconoció en Caracas que "la izquierda se ha debilitado", pero que se recuperará con mucha claridad ideológica para oponerse al imperialismo.
Si Evo considera que ese repunte de la izquierda pasa por su nueva re-reelección, la incertidumbre sobre su salud puede perjudicarlo. Pero hay malpensados que creen que está usando su enfermedad para evadir el resultado del referéndum que le impide volver a postular. Así, podría renunciar, dicen, y después de su recuperación, presentarse limpiamente a las elecciones. No comparto esa opinión, me parece una intriga para desprestigiarlo.