Se inicia hoy el último año del segundo gobierno de la Presidenta Bachelet. El cuadro general del Gobierno y la Presidenta es preocupante. Nos mantenemos entre un 20% y un 25% de evaluación positiva en las diversas encuestas por parte de la ciudadanía, tanto en la evaluación de la Mandataria como del Gobierno en su conjunto. Ese escenario nos obliga a tomar la primera definición. Dar por perdida la adhesión ciudadana a rangos más significativos o colocar toda la energía en revertir dicha evaluación. No obstante que el clima general de pesimismo se sitúa más bien en la primera opción, creo que hay condiciones subjetivas y objetivas que abren camino a la segunda opción. Solo en la medida que la "cosecha" del Gobierno en este año pueda romper el cerco comunicacional y llegar a la vida concreta y cotidiana a las personas beneficiadas por el Gobierno. A manera de ejemplos, las decenas de miles de familias y madres beneficiadas con el aumento significativo de la cobertura preescolar. Hasta ahora, y desde el 2014, 50 mil nuevos cupos en este subsistema, además con el perfeccionamiento de la institucionalidad del sector. Decenas de miles de familias en la educación básica y media, en la educación particular subvencionada, aportan cada vez menos en el copago para sus hijos; así como en ese subsistema se elimina en forma creciente el lucro y la selección. Más de 200 mil familias el año 2017 tendrán a sus hijos estudiando en centros de formación técnica, institutos profesionales y universidades de manera gratuita, número por lo demás creciente en los próximos años. Las únicas dos regiones de Chile -la del Libertador General Bernardo O'Higgins y la de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo- por primera vez tienen universidades estatales propias. Se construyen 15 centros de formación técnica estatales, para garantizar el acceso a este nivel de miles de jóvenes que quieren estudiar y que tienen vocación por lo técnico. Se inicia una nueva carrera docente, que sin duda requiere perfeccionamiento, pero que claramente reivindica las demandas más sentidas del magisterio. Se está creando una nueva institucionalidad para desmunicipalizar la educación, creada por la dictadura y la derecha en 1981, que literalmente liquidó a la educación pública. ¿Todo lo anterior es positivo o negativo para la mayoría de los chilenos?
En materia de salud, solo tres ejemplos. Se ha aumentado sostenidamente el per cápita en salud municipal, se desarrolla la mayor inversión histórica en infraestructura hospitalaria, consultorios y centros de salud, así como se aborda por primera vez, significativamente, el déficit de médicos especialistas. En materia laboral, a partir del próximo mes, se despliega y materializa la Reforma Laboral, sin duda insuficiente, pero que a lo menos permitirá fortalecer a los trabajadores organizados mediante la huelga sin reemplazo, la negociación interempresas y la ampliación concordada de beneficios entre sindicatos y empleador para los trabajadores que no negociaron colectivamente. En materia previsional, los trabajadores activos, por decisión de la Presidenta Bachelet, incrementarán en un 50% su cotización, pero no a costa de ellos, sino de su empleador. En materia de pensionados, los más carenciados, es decir, el pilar solidario en sus dos componentes, han visto aumentadas sus pensiones en un 10%, producto del reajuste otorgado por ley. Claramente insuficiente, pero es un avance. En materia de vivienda, la política de subsidios y los distintos tipos de programa avanzan sustantivamente disminuyendo a través de los años nuestro crónico déficit habitacional. En materia de libertades ciudadanas y valóricas, se aprobó el acuerdo de unión civil, se legisla sobre el derecho de la mujer a tomar decisiones en tres causales de aborto terapéutico y se anuncia, finalmente, el proyecto de ley de matrimonio igualitario. En materia de probidad y transparencia, imprescindibles para recuperar la confianza ciudadana a través de la legislación, este Gobierno ha avanzado más que cualquier otro y solo es comparable con la gran reforma del Estado del 2003. La economía está débil. Nuestro crecimiento es insuficiente, pero seguimos creciendo, aún a tasas muy bajas en un cuadro de incertidumbre internacional, política y económica, y con poderes empresariales privados que controlan gran parte de la inversión en Chile, que se niegan a reconocer las reformas mencionadas, y que aún no están dispuestos a aceptar la vuelta de "tuerca" que la sociedad chilena y su Gobierno han materializado para "nivelar la cancha".
En este cuadro, la Nueva Mayoría y sus partidos integrantes tenemos que hacer un esfuerzo grande para cumplir la ley y reficharnos; para llevar adelante las primarias legales del 2 de julio, para construir un programa común y una lista parlamentaria que nos dé la mayoría en el próximo Congreso. Solo la mayoría en el próximo Congreso nos permitirá mejorar, consolidar y proyectar las reformas. Solo la mayoría parlamentaria nos permitirá, en la eventualidad que triunfe la derecha, de construir un muro para evitar que esta última retroceda en los avances logrados, como es su vocación.
Los candidatos de la Nueva Mayoría, tanto para las primarias del 2 de julio como para la elección presidencial de noviembre, deben comprometerse con sus propuestas, ideas y programas, para seguir avanzando en la construcción de un Chile más justo y decente.