Varios artistas - "Fiftyshadesdarker"
Al escuchar el
soundtrack oficial de "Cincuenta sombras de Grey", su música invocaba el mismo espíritu que la película: la promesa incumplida del erotismo y la sexualidad desenfrenada, quedando como una aventura adolescente estilo "Crepúsculo". A ese conjunto de canciones les faltó intimidad, oscuridad, y, descontando la presencia de The Rolling Stones y Frank Sinatra, solo TheWeeknd-que logró una nominación al Oscar por "Earned it"- y Beyoncé-con una reversión de "Crazy in love"- sacaban la cara dentro de los temas hechos para el disco.
Y la continuación de la saga, llamada "Cincuenta sombras más oscuras", no cambia mucho esas impresiones. Tampoco su música. Esta vez, la producción "Fifty shades darker OST" apostó por una serie de figuras jóvenes como Taylor Swift, Zayn (uno de los ex One Direction), Nicki Minaj o Nick Jonas, un
casting que genera pasiones y dinero en ventas; pero solo Halsey muestra distinción y frescura con "Not afraid anymore", y Tove Lo irradia seducción en algunos pasajes de "Lies in the dark".
El resto se queda atrapado en la premisa de que el R&B es sexy y fogoso, pero que mal ejecutado se vuelve frío y desechable. Al menos, la inclusión de Sia en "Helium", una sentida balada donde el piano flirtea con los sintetizadores, y la calidad indiscutida de John Legend rescatan a sus compañeros del naufragio. Aunque sigue siendo muy poco para una franquicia que genera millones de dólares con libros, filmes y
merchandising, en calidad siempre ha quedado al debe. Esta no es la excepción.
Ryan Adams - "Prisoner"
En 2015, como si se tratase de una ironía, Ryan Adams lanzó su propia versión del álbum "1989" de la cantante Taylor Swift. El músico, un cuarentón difícil, caprichoso, con fama de huraño ante las críticas o ante situaciones que se le van de las manos, estaba alabando a un ícono del pop comercial. Pero la idea no se trataba de un sarcasmo ni una forma de rebeldía; simplemente, el relato del desamor de la artista estadounidense lo atrajo con el desafío de convertirlo en una ruptura propia.
Y ahora, como si fuese una continuación de ese término, Adams lanzó "Prisoner", su primer disco desde su separación de la celebridad Mandy Moore.Una placa que cautiva por sus
sets acústicos adheridos a la melancolía de los corazones rotos, pero que en el resumen termina sonando igual a su trabajo anterior. "Doomsday" podría ser una conversión de "Wildest dreams" y "Breakdown" podríamos cargársela a la mujer de "Shake it off" como un tema escondido.
Los pocos matices que se encuentran aquí están insertos en esa impronta de rock maduro estilo Bon Jovi de "Do youstill love me" y en el lazo descorazonado de las guitarras que desenlaza "Broken any way". Lamentablemente para las pretensiones de Ryan Adams, las melodías nostálgicas y solitarias atragantan al público, que como si se tratara de un confidente tendría que aconsejar un "da vuelta la página". Después de apagar la luz del estudio de grabación, el cantautor debería salir a la calle, tomar aire y conocer otra gente.