Un terrateniente de la Patagonia me contaba que una vez quiso regalarse la mejor camioneta que ofreciera el mercado. Supo que el modelo que coronaba la lista se distinguía por sus asientos de cuero, exclusivo detalle que elevaba en varios millones su valor. Consiguió averiguar que el tapiz de elegancia y distinción, probablemente, era hecho con corderos que provenían de su propia hacienda. El mismo cuero que él vendía en bultos y por kilo, se lo ofrecían de vuelta transformado en el
summum del lujo. Me lo narraba con ironía y perplejidad como una parábola del modelo productivo al que, por generaciones, su familia había adscrito.
Un nuevo mundo rural se está bordando con mejores proyecciones de copiar felizmente al Edén. Generaciones jóvenes de profesionales y técnicos están indagando en un caleidoscopio de productos agrícolas que se distinguen por ser sumamente elaborados y singulares. Se rescatan antiguas recetas y tradiciones; cepas y tubérculos otrora desdeñados se actualizan con nuevos procesos; rarezas que produce nuestro paisaje son sazonadas, fermentadas y envasadas para realzar sus particularidades. Los frutos de la tierra son tratados como gemas y la producción, como verdadera alquimia. En esta forma de trabajar, la singularidad, la diversidad y la creatividad se transforman en los grandes valores agregados.
Esto produce un paisaje complejo y rico, un mosaico armónico, en donde la diversidad en la ecología y en la propiedad del suelo produce sinergia. Porque este modelo vende también su localía y el manejo sustentable de sus recursos. Así, granjas orgánicas, cultivos biodinámicos y animales felices van configurando un territorio boutique, donde pronto llega también un turismo gourmet que paladea con fruición cada localidad. Los materiales están ahí, esperando ser tomados, pero es el conocimiento la varita mágica que nos permitiría transformar nuestro país en un incomparable escaparate de delicias. Requerimos planificación territorial, fomento a la innovación, mejor educación y, por sobre todo, preguntarnos qué entendemos por desarrollo.