En este libro, que contiene cinco relatos, el cordobés Federico Falco vuelve a sumirse en la realidad de la provincia. No de la suya en particular, sino de ese espacio casi metafísico donde la ciudad solo se divisa de lejos y es "una niebla oscura y en estratos" de la que sobresalen "las cúpulas de cristal y acero de algunos edificios". Con su ya familiar e intensa melancolía, Falco desarrolla historias de diversa extensión; si la última, "Cielos de Córdoba", es una
nouvelle incorporada a esta edición chilena, hay otras dos, "Silvi y la noche oscura" y la que da título al libro, cuya extensión y complejidad van mucho más allá de lo habitual en el cuento. Falco no apuesta por el relato redondo y el efecto sorpresa, sino por el desarrollo de historias morosas, contadas con calma, con cierres que concluyen la historia, pero dejan abierto el interés por el destino ulterior de los personajes.
Dos relatos, "Silvi y la noche oscura", que es además el único que se desarrolla en una ciudad, y la
nouvelle "Cielos de Córdoba", son de iniciación. Silvi es una adolescente de 16 años que pierde la fe (católica) y se enamora de un mormón; y Tino, un chico de 12 años cuya madre está moribunda y que vive su pubertad. En ambas historias, la fe y las creencias desempeñan un papel relevante. La madre de Silvi es la encargada de llevar la extremaunción a los desahuciados en reemplazo del cura, y Silvi la acompañaba hasta que decide que es atea; los padres de Tino creen en los ovnis y mantienen en su casa un museo dedicado a las apariciones de los extraterrestres. De ahí la especial textura de los relatos, que une las iniciaciones de la adolescencia con texturas familiares en disolución o en crisis, con protagonistas que tienen que resolver por sí solos los conflictos que enfrentan. En "La actividad forestal" y "El río", la naturaleza es una presencia abrumadora, los pinos que se superponían "hasta tapar cualquier resquicio de lejanía", la nieve que cae interminable en el único relato situado en el hemisferio norte, asumen también un papel protagónico y son cruciales para el desarrollo de la trama. "El rey de las liebres" es otro relato de descampado y un pueblo lejano, una historia de abandono y misterio, profundamente inquietante. Falco confirma todo su talento tanto en la construcción de las historias como en el estilo cuidado -con momentos casi líricos- que las envuelve: un estilo que no se nota, que desaparece tras las líneas, pero que está ahí para asegurar la extraordinaria calidad de estos relatos.
Federico
Falco.
Montacerdos Ediciones,
2016.
236 páginas.