Así como suelen haber quejas respecto de los galardonados con el Nobel de Literatura, también son frecuentes las gratas sorpresas y la actualidad que adquieren autores que, hasta la recepción del premio, habían sido poco o nada traducidos al castellano. Fue el caso de la poeta polaca Wislawa Szymborska, ganadora en 1996, que murió hace casi cinco años. Desde ese año, su presencia no cesó de crecer en el ámbito editorial iberoamericano; su poesía diáfana y transparente, su manera de abordar los asuntos más serios de modo casi coloquial, la belleza de la arquitectura interna de sus poemas y su arrolladora lucidez conquistaron a un amplio espectro de lectores. Ahora se publica en Chile uno de sus libros más populares y que, desde todo punto de vista, es una curiosidad. Szymborska escribió, a lo largo de 30 años, textos sobre libros que ella se resistía a denominar reseñas y que -esto es lo más sorprendente- abordan un enorme abanico de temas, los menos de ellos literarios. Es decir, habla de libros de paleontología, de Carl Gustav Jung, de libros de historia, de jardinería, de medicina, de cine y hasta de autoayuda, de lo que surja, columnas que según escribió Javier Rodríguez Marcos en
El País, nunca consideró "prosa seria".
Hay algunos textos muy graciosos, sí, y el humor es un rasgo dominante en el libro, pero eso no los hace poco serios. Al contrario. Y la poeta polaca igual tiene razón en no querer llamarlos reseñas: son mucho más que eso. A veces, el libro no es más que una excusa para que continúe aquí la "irónica precisión" para abordar la condición humana que señaló la Academia Sueca, según el rumbo de sus reflexiones del momento. A veces son textos juguetones, que llaman la atención sobre contradicciones o cuestiones curiosas. Asimismo es posible seguir, más por indicios y frases, cómo ella entiende la labor de la escritura y cómo juzga la literatura. El asunto es que sería un error mayúsculo considerar este libro como una obra de consulta respecto de los temas que tratan los libros sobre los que escribe. Es, en realidad, una obra notablemente autónoma respecto de la materia que trata, con una admirable coherencia que no deja advertir la distancia temporal entre los textos, que deslumbra por la elegancia de la prosa, por la agudeza de la mirada y la profundidad de la reflexión, tocada además por ese humor afable que permite internarse en las cosas más serias sin ceder un punto ante la desesperación o el pesimismo.
Wislawa Szymborska.
Hueders,
Santiago, 2016.
264 páginas.