Tarotistas, astrólogos, canalizadores y videntes abarrotan los ya sobrepoblados matinales en el inicio de este 2017. Entregan predicciones para cada signo del horóscopo y para los romances más sonados de la farándula local. Lo que se extraña es la consulta referida al futuro, precisamente, de la franja matinal de la TV.
Si un tarotista tirara las cartas a esos espacios televisivos, seguramente les diría que todos están enfrentando un nuevo inicio -la carta de El Mago- ante el fin de un ciclo -El Mundo- en su forma de comunicarse con la sociedad -El Sumo Sacerdote-. Lo que les diría un tarotista sin demasiado oficio -como la acá firmante- es lo mismo que le diría un televidente atento: que necesitan renovación. No hacen falta dones sobrenaturales para hacer un diagnóstico de tanta obviedad. Pero, como el lenguaje propuesto por nuestra TV es el esotérico, sigamos esa línea de reflexión.
Es evidente que durante el año pasado la competencia televisiva se trasladó como nunca a la mañana televisiva. No había otro segmento programático donde estuvieran destinados los mayores recursos económicos -As de Oros-, creativos -3 de Copas- y las figuras más relevantes de cada estación -9 de Oros-. Todo eso estaba destinado a un solo objetivo: acabar con el liderazgo de 32 meses de "Mucho gusto", de Mega, el canal líder hace tres años ya.
No sucedió el 2016, pero dicen las cartas que sí podría suceder en este año que acaba de empezar. Un cambio inesperado -La Torre- se presenta como el resultado de un trabajo paciente -7 de Oros- marcado por un inicio de gran empuje laboral -As de Bastos-.
¿Cuál será el canal que amenaza ese prolongado liderazgo? Dejemos al Tarot hablar: La Red no está bien aspectado para ese logro porque pasa un período complejo -9 de Espadas- porque en el inicio de su nueva etapa de "Mujeres primero" -As de Bastos- ocurre algo fuera de su control -La Rueda de la Fortuna-, como que CHV no dejara partir aún a Paulina Rojas, nueva coanimadora junto a Catalina Pulido. En TVN tampoco se ven bien aspectados, porque si bien llegan al final de una etapa de mucha dificultad -10 de Espadas- y están reflexionando sobre lo ya hecho -4 de Espadas-, todavía hay muchos proyectos que se deben ordenar -8 de Bastos-. Mientras, en CHV destaca la necesidad de revisar la pareja conductora -2 de Copas-, porque aparece muy marcada la energía femenina de Carola de Moras -Reina de Bastos y Reina de Copas-.
Entonces, el canal mejor aspectado para amenazar el liderazgo de "Mucho gusto" es el 13, que con "Bienvenidos" efectivamente ha logrado imponerse algunos días del último mes. Dice el Tarot que el espacio liderado por Tomicic y Cárcamo parte este año con toda la fuerza de trabajo y de recursos -As de Bastos y As de Oros- al servicio de una transformación profunda -La Muerte-, una que todavía no se manifiesta, ya que por ahora se mantiene una estructura muy similar a la que fue 2016.
Pero, atención, esa misma carta que habla de gestar un cambio desde el interior -La Muerte-, aparece en la tirada de "Mucho gusto", el matinal que ha visto su formato reproducido por casi todas las estaciones y que incluso ha visto a sus creativos partir para competir. El espacio que conducen Salosny y Jara recibe como consejo aprovechar su sitial seguro -Caballero de Oros- para hacer esa transformación interna arriesgándose incluso más allá de lo racional -El Loco-. Nada muy diferente a lo que ya hizo hace más de 32 meses, cuando buscaba liderar. Entonces era impensable que liderara un programa coral, con animadores que tenían historias de fracaso equivalentes a las de éxito, y panelistas que se podían rechazar.
Arriesgar y liderar son dos caras de la misma moneda, y eso es algo que la TV no suele apreciar. Tal como la mayoría terminó replicando a "Mucho Gusto", muchos hoy reeditan el segmento esotérico que Pedro Engel afianzó en "Bienvenidos", el desafiante mejor posicionado del horario.
De nuevo: tarotistas, astrólogos, canalizadores y videntes no son los contenidos que más se necesitan para elevar el estándar de la televisión. Marcar la diferencia es necesario, al menos para evitar escribir una columna como esta que -al igual que la pantalla- se ocupa más de lo incierto que de lo que es urgente y relevante discutir.