Con la esperanza de que este año que se inicia sea "más tranquilito" que el turbulento 2016 -aunque, en rigor, no deja de ser solo eso, un deseo-, vaya una breve reseña de los jóvenes cocineros y chefs que sorprendieron el año pasado y que hay que seguir en este.
Recibió el premio al Mejor Chef Pastelero, dentro del ranking de los 50 mejores restoranes de América Latina: Gustavo Sáez, del equipo del reconocido 99 Restaurante, quien el 22 y 23 de enero participará en Lyon, Francia, en la próxima edición de la Copa del Mundo de Pastelería. Logros que hablan de su enorme talento y de la proyección de la carrera que, recién a sus 29 años, tiene por delante. Allí mismo ejerce su oficio Kurt Schmidt, otro talento que se luce en el 99 y que tiene a su cargo un grupo de jóvenes con permiso para experimentar y crear una cocina delicada y muy de autor, premiada en el lugar 22 de los mejores de América Latina. Definitivamente, un imperdible santiaguino.
Sergio Barroso, español él, avecindado aquí por amor a una chilena, fue una revelación cuando se hizo cargo del restorán Alegre, de Valparaíso. Alta cocina, vanguardia pura, conocimiento y talento de esta joven promesa que siempre está innovando. Hoy se luce en el restorán 040, ubicado en el hotel Tinto Boutique, de Bellavista.
Otro notable que este año de seguro dará mucho que hablar, ya que se instalará con restorán propio, es Álvaro Romero, 31 años, quien con aplauso se hizo cargo de la cocina del tradicional Europeo. Un desafío nada de menor, que él asumió silenciosamente -prefiriendo que hablara su talento- y que lo posicionó como chef revelación, además de merecedor de otro montón de premios. Poco amigo de las "luces", Romero es realmente una estrella.
Aunque con más trayectoria, no se puede dejar de mencionar a dos top ten del panorama gastronómico chileno. Rodolfo Guzmán, de Boragó, desde donde ha encantado y dado prestigio al país, atrayendo a sus mesas a un público conocedor y viajado, que aprecia todo lo que hay detrás de su cocina vanguardista.
Y, por último, Rolando Ortega, de Salvador Cocina y Café, que está comenzando con Casa Alma luego de revolucionar el panorama con carnes y casquería poco utilizadas en la mayoría de los restoranes. De raíces profundamente chilenas, hay que probar su cocina, sorprendente y con una creatividad sin complejos.