, esperando que su figuración sea equitativa, que se respete el equilibrio por un malentendido fair play .
Pero este año difícilmente ese statu quo se podía mantener. El liderazgo sostenido de Mega en los últimos años decretó un nuevo orden que no solo se nota en la incontrarrestable presencia de sus rostros, sino también en el corazón de esta emisión.
A saber:
Luis Jara, hombre ancla del matinal que lidera la única franja horaria realmente competitiva que va quedando en la TV local, se instaló por derecho propio como el principal coanimador. Fernando Godoy, actor de las teleseries de Mega, se impuso con gracia como capitán del equipo de los llamados "Teletonistas" (antes, telefonistas comandados por Iván Zamorano). En los desafíos deportivos ganaron mayoritariamente nombres de Mega. Y hasta en la Vedetón, segmento de trasnoche que este año tuvo su renovación más profunda en 38 años, ganaron dos chicos reality de "Volverías con tu ex", apuesta de la misma señal.
No cabe pensar que hay arreglos o manos moras, porque qué duda cabe de que Mega, líder desde 2014, es el canal que hace las propuestas con mayor convocatoria y sintonía con las audiencias de la pantalla chica local. Y, por tanto, tampoco es de extrañar que desde esa cantera televisiva salga el nombre del coordinador general de toda esta transmisión: Patricio López.
El productor ejecutivo del área dramática de ese canal, formado como buena parte de ese equipo en TVN, logró imprimirle a esta Teletón una clara renovación. Hizo apuestas exitosas, como darle a la Vedetón un espíritu paritario, al poner hombres y mujeres a protagonizar coreografías en vivo que tenían una presentación previa audiovisual. ¿Osado? Sí. Pero nada que en los últimos años no se hubiera visto en programas de baile o realities del horario nocturno de la TV. Igual de conectada con el espíritu de los tiempos fue la apuesta de cambiar el tradicional llamado del bloque infantil de "Levántate, papito" a "Levántate, mamita". Más que un giro inclusivo, uno de un justo sentido de realidad en un país marcado por las mujeres jefas de hogar.
Quizás todas las jugadas no fueron lo exitosas que se planificó. La partida desde la Plaza de Armas, bastante comedida en términos de convocatoria y posibilidades técnicas de transmisión, quedó al debe, pero no sacó nota roja, como sí lo hizo el aburrido -y aparentemente improvisado- intento de Carpool.
Entre sumas y restas, queda claro que esta Teletón sí hizo un esfuerzo por salir de la zona de comodidad, de la inercia que se arrastraba desde hacía años y que daba incipientes signos de cambiar desde que López tomó el mando, un par de años atrás.
Más que justo, un cambio necesario; sobre todo porque si hay algo que transmiten las notas humanas que hoy protagonizan los niños y jóvenes atendidos por la Teletón, es que su realidad ya no está marcada por el asistencialismo, la rehabilitación o inserción que preocupaba años atrás. A ellos hoy los mueven los desafíos profesionales y deportivos de gran nivel. Y frente a eso, el show televisivo no podía mantenerse inerte ni palidecer.